Verdeliss: "A Eider no le hace mucha gracia el bebé"
"Nos habíamos familiarizado ya con este ascensor, la segunda planta", "Hemos hecho este proceso tantas veces", "Esta es la última vez"... Frases que no dejaban de repetirse los papás al ser conscientes de que, 41 días después, acabarían con su rutina hospitalaria. "¿Quién hace esos ruidos?", pregunta Aritz a las mellizas: "¡Miren!", dicen las pequeñas. Y en cuento Verdeliss cruza la puerta con la pequeña en brazos, las reacciones de ambas son muy distintas.
Anne no puede dejar de sonreír y quiere coger todo el tiempo a Miren en brazos como si se tratase de su muñeco bebé favorito -el cual se llevó hasta el hospital-; en cambio Eider no se muestra muy contenta: "A Eider no le hace mucha gracia el bebé", dice Verdeliss con cierta preocupación: "Está dormida", reconoce Aritz. Pero esto solo fue cosa del momento. En cuento la familia -ahora mismo de 5 personas- se traslada al apartamento en el que están viviendo en Madrid, la cosa cambia.
Las pequeñas no se quieren separar de Miren ni un segundo y están dispuestas todo el tiempo ayudar a Verdeliss en todos los cuidados de la pequeña: a cambiar el pañal, a prepara una cuna improvisada para el bebé... "No nos ha dado tiempo a preparar nada para el bebé", reconoce Verdeliss sobe la vorágine que habían vivido de pronto cuando, sin esperarlo, rompió aguas en el séptimo mes de embarazo y en una visita familiar a Madrid. Dos cosas que ni de lejos entraban en los planes de la familia Verdeliss.