El juego siguió su curso y pronto lo que parecía que iba a ser una experiencia en una casa rodeada de lujos, propia para acoger a este privilegiado grupo VIP, se tornó en desgracia, especialmente para Mila. La organización decidió privarles de las comodidades de las instalaciones que se estrenaban este año y obligaba a vivir a la mayor parte del grupo en un búnker que nada tenía que ver con la mansión en la que ellos pensaban vivir. Además, tendrían que coger agua del jardín, cocinar fuera y estarían sin apenas ropa. Nuevamente, la queja de la colaboradora de 'Sálvame' se hizo presente.
Quejas y arrepentimiento
"No me gusta ser el centro de atención ni de la queja", "creo que me he equivocado" o "no me lo he pensado bien" son algunas de las frases con las que Mila Ximenez explicaba al Súper lo que estaba sintiendo después de la decepción que había sentido al verse privada de las comodidades que esperaba encontrar. Lo cierto es que, dado que es colaboradora de un programa de Telecinco en el que se comenta el reality estrella de la cadena, podría haber pensado que esto podría ocurrir, como consecuencia de que los concursantes del año pasado ya lo sufrieron también.
Finalmente, Jorge Javier manda llamar a Mila al confesionario al comienzo de la segunda gala para tratar de hablar con ella y ver en qué estado se encontraba. La concursante llega a afirmar que "todos los miedos que tengo los he vivido en 24 horas". Sorprende estas declaraciones al ser el segundo reality en el que participa, siendo el anterior 'Supervivientes', mucho más duro que 'Gran Hermano'. Sin embargo, su amigo y presentador consigue calmarla y la convence para que continúe en el concurso.