El paparazzi confesó que no le gusta hablar de su romance con la presentadora porque sus padres lo pasan mal escuchando todo lo que le hizo.
El paso de Miguel Temprano por 'Ven a cenar conmigo: Gourmet Edition' está dando para mucho. Después de haber confesado que las polémicas fotos de Alessandro Lequio y Mar Flores que tanto revuelo causaron en su dÃa fueron pactadas, el paparazzi se decidió a comentar uno de los episodios de su vida de los que más se arrepiente y del que no suele hacer mención alguna: la relación sentimental que mantuvo con Cristina Tárrega.El fotógrafo confesó durante la velada que no le gusta hablar sobre su romance con la que fuera presentadora de 'Territorio Comanche' porque para su familia nunca ha sido plato de buen gusto escuchar lo mal que lo trató. "Es un tema que yo no lo tocaba por mi madre y por mi padre, porque les sienta muy mal", apuntó.
Sin embargo, parece que las cervezas de la cena hicieron de las suyas y a Temprano se le soltó la lengua para terminar poniendo verde a la que un dÃa fue la dueña de su corazón. "Es muy mentirosa y fue una lianta", sentenció el paparazzi sin ningún tipo de reparo. Eso sÃ, el fotógrafo también confesó que aunque ambos acabaran como el Rosario de la Aurora, el principio fue muy bonito y su relación "empezó bien".
Sin pelos en la lengua
Lo cierto es que a Temprano nunca le ha temblado el pulso a la hora de lanzar algún que otro dardo envenenado que apuntaba directamente a Tárrega. AsÃ, cuando la televisiva fue portada de la revista ¡Qué me dices! en 2013 tras haber sido pillada en topless, el fotógrafo le dedicó unas palabras que, de seguro, no le sentaron nada bien. "¿Cómo puede dar lecciones para estar bella, tener buen cuerpo y hacer desaparecer la celulitis? ¿Cómo puede aconsejar lo que no consigue para ella misma? ¡AplÃcate el cuento y luego convences!", comentó al mismo medio durante una entrevista con Kiko Hernández.
Teniendo en cuenta este mal rollito que hay entre los dos, no es de extrañar que el ambiente de la cena se caldeara tanto durante la conversación del tedioso romance que incluso las bebidas acabaran esparcidas por la mesa, de los nervios. "Eso es la Tárrega, que te ha escuchado y... ¡Maldición de Cristina!", bromeó Nagore Robles.