Pero la declaración de 'Naranjita' no ha sido la única que ha tenido lugar entre las cuatro paredes de esa segunda casa. El pasado domingo, Miguel se sintió muy liberado al contarle a Pol sus verdaderos sentimientos por él. Sin embargo, su declaración de amor iba a tener consecuencias una vez que acabara su estancia y volvieran con sus compañeros.
Después de que Miguel se sincerase con Pol al confesarle que se siente atraído por él, el catalán dudó si contarle o no a Adara lo que su amigo le acababa de decir. "Sería como darle la razón", dijo el luchador 'genéticamente perfecto', a pesar de contaba con el beneplácito del modelo: "Tú actúa como quieras actuar, si se lo quieres contar... No te quería decir nada porque ya sé que tienes muchos rollos sobre esto con ella. Si se lo quieres decir, díselo".
Y a pesar en que quedaron en no decir nada, lo que ocurrió en el apartamento ya era un secreto a voces dentro de la casa y, el pasado lunes, Pol cambió de opinión y decidió contarle a su chica lo que había sucedido durante sus 48 horas de aislamiento con Miguel porque "sentía que, si no lo hacía, la mentía". Una conversación que desató una ola de ira, gritos y reproches en Guadalix de la Sierra.
"No me puedo callar esto. Ha estado jugando conmigo, me veía llorar y de todo y el sinvergüenza hacía creer que no. Es que estoy flipando. Por fin se ha visto la clase de persona que es", dijo la madrileña tras recibir la información. "Me han dicho de todo, Pol. Esto no se va a quedar así",dijo Adara mientras Pol trataba de frenar lo inevitable. Después de encerrarse en el baño a llorar, Bárbara corrió a consolar a su amiga.
"Eres un sinvergüenza, eres un sinvergüenza de los pies a la cabeza. No tienes vergüenza, mala persona, ¡mala persona!. Me has estado volviendo de loca. Todos los putos días creyendo que no te gustaba. Me has hecho llorar mucho. Déjame en paz", dijo Adara a gritos, dejando a Miguel totalmente noqueado ante gran parte de la casa. Tras meterse en el interior, la azafata salió de nuevo al jardín y volvió a la carga.
"¡Ahora ya no estoy loca ¿no? Enferma de celos me llamabas, sinvergüenza. ¿Estoy enferma de celos ahora o qué? Me habéis tratado todos de loca", decía Adara llena de rabia ante la atónita mirada de sus compañeros, que tuvieron que consolar a Miguel ante su inmediata reacción. "Voy a pedir mi expulsión, no puedo más. Yo no he venido a esto. No aguanto más... Yo no puedo más, yo me quiero ir", dijo Miguel entre lágrimas y gritos.
Tanto es así que el protocolo de abandono estuvo a punto de activarse en Guadalix de la Sierra después de que unos días antes ya sucediera con Clara y Bárbara. "Que me castiguen por querer a una persona. No puedo más, Super. Me está superando muchísimo esto, estoy al límite", dijo Miguel, llorando en el confesionario.
"Todos se volcaron conmigo, Bea llorando... Notas que eres importante, que no estás loco", dijo el de Pontevedra de sus compañeros, que se quedaron completamente en shock tras lo ocurrido. De todos modos, todos intentaron justificar el silencio de Miguel. "No lo sabía ni siquiera su familia. No debe de ser fácil dar el paso y menos decir que eres gay delante de toda España", dijo Noelia mientras que Adara respondió que "no pasa nada por ser gay, pasa por ser mala persona".
Pol rompe a llorar ante la situación entre su novia y su amigo
"La verdadera víctima aquí es el pobre Pol, que está entre los dos...", le dijo Miguel al Super. Y es que el barcelonés rompió a llorar ante el nuevo y más grave conflicto entre su novia y su amigo con él como protagonista. "Yo no me quiero llevar mal con ella, me da mucha pena llevarme mal con ellas, pero tampoco me puedo llevar bien. Que no me metan con ella en el apartamento porque me voy, echadme directamente", concluyó el gallego ante la posibilidad de que le metieran en la otra casa con su mayor enemiga.
"Me siento tonta. Me han estado vacilando todo el rato. No juegues conmigo, no me hagas sentir que estoy loca de la cabeza. Se me ha llamado enferma, celosa... de todo", dijo Adara entre lágrimas en el confesionario, mientras que Miguel se desahogaba con sus compañeros en la habitación: "Yo no dudo que ella lo haya pasado mal, pero yo también lo he pasado mal y he llorado porque no podía decir lo que me estaba pasando. ¿Cuántas veces me venía aquí a la cama a llorar y cuando me preguntabais que me pasaba, no lo podía decir?"