La entrevista que Miguel Bosé ha concedido a Jordi Évole ha servido para conocer al cantante más a fondo y descubrir algunas facetas de su vida más íntima que hasta el momento habían sido completamente desconocidas. Una de las confesiones más chocantes que realizado es que en el pasado consumió bastantes drogas.
"Drogas, sexo a lo bestia, tabaco, sustancias... Todo... Me dio por ahí por un desamor", ha dicho sobre esta etapa de su vida que se extendió desde 1989 hasta 2014 o 2015. El cantante ha hecho hincapié en que nunca ha sido una persona demasiado sociable porque se ha considerado más bien salvaje y para contarle un poco mejor ha contado que tuvo unos años en los cuales descubrió la parte oscura que todos tenemos.
Ha querido contar cómo comenzó a meterse en este mundo en los años 80: "Esa noche me tomé mi primera copa y me metí mi primera raya, me duró días, y a partir de ahí solo conocí la luna, la noche y la parte oscura de Bosé, de Miguel, que era muy necesaria para equilibrar". El periodista ha querido indagar sobre el hecho de consumir y si se creía más creativo por aquel entonces. "Sí, son ficciones. Las drogas son unos estados que utilizados bien dan mucho conocimiento y te dan puntualmente unas visiones de cosas que son interesantes, revolucionarias incluso", ha puntualizado, aunque ha matizado que este 'efecto' desaparece con un consumo excesivo: "Cuando pasan a ser un consumo habitual, pierden ese sentido. Digamos que los espíritus que habitan en esas drogas dejan de ser aliados y pasan a ser enemigos".
El cantante vivió varios años de excesos hasta que un día se despertó y se dijo a sí mismo: "se acabó. Se acabó la salida, se acabó el trasnochar, se acabaron los antros, se acabó todo", y aunque en ese momento su ritmo de consumo descendió ha contado que fue alrededor de 2014/2015 cuando lo dejo por completo porque todo para el dejo de perder la gracia al convertirse en algo diario. Évole ha indagado la cantidad de droga que consumía, y Miguel Bosé añadido sin pelos en la lengua: "Casi dos gramos diarios, más el fumar, maría, éxtasis...".
Tuvo mucha fuerza de voluntad
Por suerte todo terminó para él como ha contado sin síndrome de abstinencia en el momento en el que se subió un día al escenario. Él ha sentido que todo está dentro de nuestra cabeza y que tiene que existir una fuerza de voluntad para lograrlo. "Las fuerzas que a uno le haces tomar estas decisiones tan radicales solo vienen de dentro, nada más", concluía.