Desde que llegó a televisión de la mano de su marido Kiko Rivera en 'GH DÚO', Irene Rosales siempre ha manifestado ser una persona tímida, a la que le ha costado adaptarse a los platós de televisión. Pero después de haber sido finalista del reality, haber sido defensora de Anabel Pantoja en 'GH VIP' y aceptar el puesto de colaboradora en 'Viva la vida', la mujer del Dj cada vez está más cómoda. Y buena muestra de ello ha sido su paso por 'Ven a cenar conmigo: Gourmet Edition'.
Irene Rosales ha disfrutado de cuatro veladas con Miguel Frigenti, Fani Carbajo y Amador Mohedano y la cosa ha acabado con victoria para ella. Fue la primera anfitriona y aunque recibió críticas por parte de sus invitados, sus platos terminaron siendo los mejores de esta edición del programa.
Irene Rosales hablando de su victoria en 'Ven a cenar conmigo' / Telecinco.esMás allá de su victoria, la mujer de Kiko Rivera se ha abierto a sus compañeros noche tras noche, contestando a sus preguntas, entre ellas muchas relacionadas con su relación de pareja. Durante la cena en casa de Amador Mohedano, después de que este contar lo mal que lo pasó tras su divorcio de Rosa Benito, ella ha decidido confesar que llegó a pensar que el Dj le podía dejar.
Irene Rosales: "Pensaba que me podía pegar 'la patada'"
"Confieso que en un punto de mi relación con Kiko, por todo el tema de su trabajo, pensaba que me podía pegar 'la patada' y pasé miedo", decía Rosales explicando que todo se debía al complejo físico que tenía por su pecho: " Pensaba que se le podía cruzar por la discoteca una chica con más pecho, más golosa, pero él me ha demostrado que soy yo ".
Irene Rosales hablando de Kiko Rivera / Telecinco.esUn pensamiento que, con el paso de los años, Irene Rosales considera que era una "auténtica estupidez": " Me tiene que querer a mí como persona y no por unas curvas ", relefexionaba la mujer del Dj que, no obstante, decidió pasar por quirófano para acabar con ese complejo tras el nacimiento de su hija Ana en 2017: "Nunca he tenido un pecho bonito, pero bueno tampoco era una necesidad imperiosa operarme. Desde que fui mamá la cosa empeoró y eso que no le llegue a dar el pecho a Ana porque nunca me subió la leche", contó en su momento sobre su intervención.
