Un formato que, ya en su primera temporada, nos dejó conocer un poco más sobre la vida de artistas de la talla de Malú, Ãngel Nieto, el dúo humorÃstico Martes y Trece, Esperanza Aguirre, Francisco Rivera, Ãgatha Ruiz de la Prada y Pedro J. RamÃrez y Miguel Ãngel Revilla, entre muchos otros, y que ahora se presenta acompañada de nuevos y sorprendentes perfiles.
Aunque por el momento, el mundo del cine tendrá que esperar, dejando paso primero a una primera pareja mediática muy querida por el público español. Se trata de la formada por el extenista Carlos Moyá y la actriz y actual cantante Carolina Cerezuela. Un matrimonio que ha sabido hacer frente a largos años de relación y que, ahora más que nunca, parece encontrarse en su mejor momento.
Hasta allà es donde se han trasladado la familia Osborne en el estreno de esta segunda temporada, convirtiéndose en los invitados de uno de los tenistas españoles más conocidos en todo el mundo. A su llegada, lo primero que les ha llamado la atención, ante todo, y que han transmitido de inmediato a sus anfitriones, ha sido la grandiosidad que desprende la vivienda de Moyá y Cerezuela.
Un lugar repleto de paz y tranquilidad
"Parece un resort caribeño", bromeaba el presentador. Y hay que decir que razón no le faltaba. "La casa es muy cómoda", aseguraba la mujer del extenista, "nosotros, cuando la diseñamos, lo que querÃamos era que fuera práctica". Y asÃ, mientras presentador y deportista conversaban en el salón de la casa sobre la trayectoria profesional del protagonista, Carolina Cerezuela mostraba el interior de su enorme 'casoplón' a la mamá de los pequeños Kike y Carlos.
Y si hay algo que caracteriza, por encima de todo, a esta casa es tanto su amplitud como su magnÃfica luminosidad. AsÃ, habitación por habitación, Fabiola MartÃnez fue conociendo todos y cada uno de los rincones de la vivienda. Una construcción de una única planta donde destacaban, sobre todo, las dimensiones sus estancias.
Empezando por la sala de juegos de los niños, repleta también de mucho color y en la que Carlos, Carla y Daniela pueden pasar horas y horas a sus anchas. Aunque lo que más llamó la atención de Fabiola MartÃnez fue la habitación de una de las hijas de Moya, invadida absolutamente por el color rosa. "Me he quedado con ganas de 'rosa' y de 'lacitos'", confesaba la esposa de BertÃn.
Y es que ella misma asegura que la atención que requiere la enfermedad y el cuidado de su hijo Kike, no podrÃa permitirle tener ahora mismo un nuevo hijo, y menos una niña ya que cree que sus dos pequeños podrÃan mostrarse algo "celosos". Pero sin duda, el dormitorio que sin duda alguna se llevaba la palma de oro, en cuanto a espaciosidad, era de la pareja, presidida por sus dos camas de 1.80 metros cada una.
'Camera Café' como uno de los trabajos más fáciles
"Mis hijos cada noche acaban en mi cama. Me encanta dormir con los niños", aclaraba Cerezuela ante el asombro de MartÃnez. De ahà a que su longitud sea tan amplia. "Yo no podrÃa, y BertÃn menos", comentaba la esposa del presentador entre risas. Porque el amor y el cariño que la actriz siente por sus tres hijos, parece traspasar lÃmites extremos: "Con 15 años, tenÃa claro que querÃa tener dos niñas y un niño. Y la vida me regalado tener dos niñas y un niño".
AsÃ, poco después de este pequeño tour por las estancias de la casa, llegó el momento de salir a tomar el aire en su esplendida terraza del jardÃn. Un columpio en forma de sillón fue testigo de las confesiones más sinceras por parte de Carolina Cerezuela acerca de su trabajo. Por un lado, recordando su paso por la serie de televisión 'Camera café', siendo según ella misma lo que más le ha dado a conocer, y, por otro lado, haciendo un balance de su interpretación en 'Hospital Central'.
"El trabajo más fácil para mà ha sido 'Camera café'. La gente se desilusionaba un poco cuando venÃa al plató y veÃa una repisa, una cámara y vasos. Siempre pensaba: 'que no vengan niños...'. Pero a nivel de trabajo, he aprendido más de otras series, como en 'Hospital Central', asentÃa. Sin embargo, el estrés laboral y su intervención en varias series al mismo tiempo, hicieron que Cerezuela se viese obliga a pasar por uno de los momentos más complicados de su vida.
"Carlos es la persona más sensata que conozco. Un dÃa me sentó con mi madre y los dos me dijeron: 'Carol, asà no. Tienes que frenar, tienes que aflojar'", ya que realmente la situación pudo tanto con ella que incluso su propio médico quiso recetarle medicamentos especiales, para que lograse descansar y dormir todo lo necesario. Pero aún, la intérprete no parece arrepetirse de sus actos: "Con sus cosas buenas o con sus cosas malas, todo eso me ha traÃdo hasta aquÃ, con mi marido y mis hijos", justifica.
Los inicios de Moyá pletórico
Por su parte, y mientras que la charla entre mujeres iba cogiendo forma, BertÃn Osborne y Carlos Moyá también se sinceraban en el salón de esta casa mallorquÃn. Comenzando, como no, por los inicios del extenista en el mundo del deporte. Y es que el flechazo tanto con la pelota como con la raqueta surgÃa con apenas tres años, cuando sus padres iban a las pistas más cercanas a jugar juntos partidos de tenis. "Yo les fastidiaba el partido y practicaba en una pista de frontón".
Pero lo más grande aún estaba por llegar. Y fue a sus 17 años, cuando el momento de darse a conocer mundialmente llegó. La cita tuvo lugar en el Open de Tenis de Australia donde, en palabras del propio presentador, "perdió con honor y con humor". De ahà su famoso "hasta luego, Lucas" frente a todos los espectadores. Aunque el hecho de desprenderse de su familia a una edad tan temprana también le costó mucho superarlo.
"Los inicios no fueron muy buenos. A mà me costó mucho irme de Mallorca. Fue duro. Los seis o siete primeros meses llorando, mis padres diciéndome que me volviera... Y yo no di mi brazo a torcer, le confesaba a Osborne. Y menos mal, ya fue poco tiempo después cuando los primeros triunfos comenzaron a caer. En ese punto, Carlos Moyá se dio cuenta de que realmente podÃa llegar a ser un buen tenista.
Sin embargo, lo que sin duda hizo que su vida diese un giro completo fue Australia. Su llegada a la final hizo que medio paÃs se revolucionase por completo, algo que ni muchos menos podÃa llegarse a imaginar. Su sorpresa fue cuando aterrizó en España y se dio cuenta de que "el mundo habÃa cambiado", y ahora todos le pedÃan fotos y autógrafos por la calle. Y no sólo él lo recuerda como una de las mejores etapas de su vida, sino también sus padres.
Pero además de sus inicios, también hubo tiempo para recordar su gran victoria en Rolland Garros en el 1998, hablar sobre el tema del dopaje y conocer cómo fue su primer encuentro con el tenista Rafael Nadal. "A Rafa yo le conocà en Alemania. Me pareció bueno. Le vi con mucho carácter, pero muy tÃmido fuera de la pista. Te daba la mano y miraba para otro lado. Dentro de la pista se transformaba. Ãl me ayudó también a mà a ser buen jugador", recordaba asà a su compañero de pista.
Aunque no solo en lo profesional pareció conectar con el también mallorquÃn, sino que su relación se mantuvo en una lÃnea muy especial incluso fuera del campo de juego. En cuanto a sus triunfos alcanzados, la Copa Davis celebrada en Sevilla en diciembre de 2004 fue, sin duda alguna y en palabras del propio extenista, su "mejor victoria" conseguida: "Estuve persiguiendo esa Copa Davis durante varios años".
El momento de su retirada
Por su parte, el hecho de recordar su retirada en ese mundo que tanto amaba aún parece emocionarle. Un 'adiós' que se presentó como consecuencia de sus múltiples lesiones y que hicieron que Moyá tuviera que colgar su raqueta para siempre, o al menos en el campo profesional. "Ves que tu cuerpo no está al 100%. No te ves capaz de ganar torneos. Todo el proceso de que te vas a retirar es más duro que el momento que dices 'me retiro'. Antes de la rueda de prensa le dije a Carolina: 'Te prometo que no lloro'. Pero me pudo la emoción".
Y asà fue como, a sus 34 años, se plantó frente a una gran multitud de periodistas y agradeció, entre lágrimas, todo el cariño y el apoyo recibido a lo largo de su carrera. "Para mà fue duro, porque le vi sufrir a él. Fue muy triste ver que cerrase una etapa", confesaba por otro lado Carolina Cerezuela a Fabiola MartÃnez. Sin embargo, el hecho de alejarse de los entrenamientos y campeonatos le ha permitido disfrutar aún mucho más de toda su familia.
Y es que el extenista siente realmente devoción tanto por sus tres hijos como por su mujer. "Si ves a un papá con su niña te da una ternura que te derrites. Todas las debilidades que los hombres intentan esconder con su mujer, lo exteriorizan con sus hijas. Mi hija tiene una debilidad con su padre contra la que no puedo luchar. Carlos no me ayuda con los niños, crÃa a sus hijos de la misma manera que lo hago yo. Es su padre y lo hace igual", comentaba asà Cerezuela.
Por otra parte, ya reunidos los cuatro frente a los fogones de la cocina, la esposa de Osborne y el extenista se pusieron manos a la obra para preparar un plato tÃpico de la isla: el arroz 'brut' o arroz sucio. El presentador y la actriz prefirieron mantenerse en un segundo plano, ya que ninguno de los dos se declara especialmente muy buen "cocinillas". Normalmente, Cerezuela siempre suele dejar que sea su marido quien cocine en casa, acompañándole en todo momento y dándole tema de conversación siempre que puede. Ella asegura encargarse de todo lo demás.
Carolina Cerezuela: "Es el hombre de mi vida"
Por su parte, en lo referente a su relación de pareja, ambos parecen mostrarse muy felices y muy a gusto el uno con el otro. De esta forma, BertÃn Osborne no dudó ni un solo segundo en averiguar cómo fue ese primer encuentro entre ambos: "Yo la vi por la tele y me enamoré. A través de un amigo en común, le dije que a ver si me podÃa pasar su email". Y fue gracias a ello y a los mensajes telefónicos como poco a poco se fueron conociendo. Pasados dos meses, decidieron dar el paso de conocerse en persona.
"Cuando nos conocimos, yo tenÃa esa duda de mirar a alguien y pensar que no habÃa nada. Nos conocimos una noche, quedamos con amigos y yo me levanté al dÃa siguiente y dije: 'Es el hombre de mi vida'. Aunque lo que realmente impresionaba era que Cerezuela no conociera en absoluto la identidad del tenista.
"Yo no he vivido cuando él ha sido número uno, cuando ha tenido sus grandes éxitos en el mundo del tenis... Pero creo que me he llevado lo mejor de Carlos Moyá, que es levantarme y tomarme un café con él, ver crecer a los niños... Yo creo que ese es el mejor trofeo de la vida". Una historia de amor avalada por casi cinco años de matrimonio. AsÃ, entre nuevos descubrimientos, el programa fue llegando a su fin.
Fue entonces cuando se pudo conocer el lado más "gamberro" del tenista, cuando BertÃn acabó desatando su gracia con "la barrera del pedo" en las relaciones, cuando se pudo ver a Osborne y Moyá jugando juntos un partido de padel y cuando Carolina Cerezuela se animó a cantar junto a su amigo y compañero Jaime Anglada.