La protagonista de la docuserie continuaba diciendo: "Que no están solas, seguramente, al igual que yo no lo estuve. Si volviera atrás seguiría callada. Si volviera atrás en las mismas circunstancias en las que he estado sí. Si tuviera mis dos hijos, sí, claro. Consejos vendo que para mí no tengo. Mi consejo sería todo lo contrario a lo que yo he hecho. A mí, sinceramente, si me dices si volvería a actuar igual te digo que sí porque me tendría que parir mi madre para que fuera diferente. Es un error, total y absolutamente. Reconozco que mi actitud de estar en silencio durante 20 años es un error pero ese error también me ha permitido mantener intactos mis principios, los míos sin yo ser abanderada de nadie".
Rocío Carrasco ha querido dejar claro que eso no es lo que hay que hacer: "Las mujeres no lo tienen que hacer. Lo he dicho, tienen que gritarlo, tatuárselo, decir lo que se les pasa desde el minuto cero. Esa es mi opinión". En cuanto a si todavía tiene miedo, responde segura de sí misma: "Se me va quitando el miedo poco a poco porque eso es lo que él querría, que yo siguiera con miedo y que siguiera en mi casa metida y que siguiera sin ganas de vivir y que siguiera sin trabajar y que siguiera sin salir, sin entrar, sin relacionarme. Eso es lo que él quiere pero no lo va a conseguir, de hecho, no lo ha conseguido. No ha tenido huevos para conseguirlo. Ha estado a punto pero no lo ha conseguido".
El apoyo de sus seres queridos
Además, ha mostrado su lado más fuerte y ha asegurado que ahora empieza una nueva vida: "Saco la fuerza porque ya está bien. Ya tiene que volver a florecer la persona que yo era. Ahora intentar dejar de malvivir, intentar vivir, intentar hacer una vida medianamente normal dentro de mis posibilidades. Intentar seguir para delante, intentar terminar de curarme porque yo de esta me tengo que curar. Que me va a llevar tiempo, yo lo sé, pero puedo. Estoy aquí, ahora que venga quien quiera. Ya está bien de amedrentarse, de callarse. Que haga cada uno lo que quiera, que aquí estoy", concluía.