Como en cada edición de 'Supervivientes', el elegido para abandonar la isla de entre los nominados de la semana, en realidad, no es expulsado, sino desterrado a otra localización donde vive en solitario hasta la llegada del siguiente, con quien se establecería la elección real para continuar o abandonar definitivamente el programa. Tal y como adelantaron al inicio de la segunda gala de 'Supervivientes 2018', el pasado jueves 22 de marzo entró en juego la figura del 'asilvestrado', que vivirá en 'El Mirador', una torreta situada en la frontera entre los dos lados - el 'salvaje' y el 'civilizado' - que hará las veces de palafito.
Tras enfrentarse en un juego de localización, que ganaron los miembros del 'lado civilizado' - revalidando su estancia en la zona privilegiada - los 16 'supervivientes' entraron en la palapa, donde tuvo lugar la ceremonia del televoto de cara a las cuatro nominadas de la semana: Melissa Vargas e Isabel Castell, del 'lado civilizado' y Saray Montoya y Mayte Zaldívar, del 'lado salvaje'.
"Vamos a salvar a dos de vosotras. ¡Allá voy! La audiencia de 'Supervivientes 2018' ha decidido salvar a... ¡Saray! ", anunció Jorge Javier Vázquez, lo cual no hizo mucha gracia a la gitana, que tras escuchar la decisión del público lo tuvo claro. "Jorge, me voy", afirmó la diseñadora de vestidos con el gesto muy serio. "¿No te das cuenta del aplauso que te acaban de dar? Estás viviendo el momento más duro de aclimatización, pero acabas de ser salvada por el público que está viendo el concurso", le dijo el presentador a Saray, que no daba su brazo a torcer y que, tras una semana muy dura, tal vez confiaba en ser expulsada para no tener que irse por decisión propia.
Saray Montoya, al borde del abandono: "Jorge, me voy"
"Yo lo sé, yo lo agradezco, pero no puedo estar más tiempo sin mis niñas ", dijo la concursante entre lágrimas. "No te lo voy a permitir. Si dices adiós te vas a arrepentir el resto de tu vida, porque tus hijas van a seguir aquí, tu marido va a continuar aquí, todo va a seguir igual... Quiero que escuches atentamente a la persona que te va a hablar y que no tomes esta decisión en caliente ", le dijo el presentador antes de que su hija Naiara le diese ánimos : "Eres muy fuerte, tú no puedes abandonar. Todos te apoyamos, las niñas están bien y el papá también".
"La audiencia ha decidido también salvar a... ¡Isabel!, anunció Vázquez tras el amago de abandono de Montoya, dejando la 'expulsión' en cosa de dos entre Melissa y Mayte, quienes pocos minutos más tarde tuvieron que enfrentarse al veredicto definitivo de la audiencia. "Los espectadores de 'Supervivientes 2018' han decidido que la concursante salvada sea... ¡Mayte! Por lo tanto, Melissa, eres la expulsada de esta noche. Puedes dirigirle unas palabras a tus compañeros", le dijo el de Badalona a la granadina.
"Me llevo de esta experiencia el haberlos conocido a ellos, me han apoyado mucho. He sido muy tonta porque al llegar aquí me dio un bajón muy grande y me cegó ese bucle en el que entré. Os deseo lo mejor", le dijo la primera concursarte en dejar el grupo a sus compañeros, entre los que se encontraba una afectadísima Isabel, que no pudo contener las lágrimas al despedirse de su compañera. Tras la 'expulsión' de Melissa, su madre se mostró muy molesta en plató, especialmente debido a que Saray hubiese tenido la oportunidad de recibir unas palabras de ánimo por parte de un ser querido, cuando ella no lo tuvo ante el amago de abandono de su hija.
La madre de Melissa estalla: "¡No entiendo como no pude hablar con ella!"
"No sé lo que va a pasar, pero ella es persona, Jorge y creo que tiene derecho igual que todo el mundo", comenzó a decir María Valenzuela, que ya tuvo un pequeño rifirrafe con el presentador durante el programa 'Tierra de Nadie' del pasado martes. "Si yo tengo que ponerme a chillar o a lo que haga falta, también lo hago. No me parece bien, que una persona que estaba mal la semana pasada, no me pasaran a mí unas palabras con ella y hoy Saray está mal... ¿la pasáis? Tampoco lo veo justo, ¿no?", afirmó la defensora de Melissa en relación con lo ocurrido minutos antes. " Si yo tengo que chillar, chillo y todo lo que haga falta. Si tengo que llorar, lloro", repitió la madre de la joven antes de que Vázquez justificase la situación diciendo que Vargas no estaba mal durante la gala.
"¿No? ¿No estaba mal mi hija? Sí, si estaba mal. Estaba mal, se quería ir y no lo veo normal ", añadió María antes de repetir de nuevo que si tenía que llorar o patalear lo haría y, ante su insistencia Jorge Javier Vázquez le instó a hacerlo. "¡Unas palabras con mi hija! Venga, unas palabras con mi hija, ahora ", dijo Valenzuela, porniéndose de pie en el plató. Ya está. El mismo derecho... Yo creo que está pasando hambre, como todos y está durmiendo mal, como todos y tiene derecho a que yo le dijera algo también para levantarla, pero, gracias a Dios, ella sola se ha levantado porque tiene dos narices ¡Ea!, afirmó la madre de Melissa antes de volver a sentarse, desatando los aplausos del público.
"Pues mira, te digo una cosa, María. Tu brote ya ha surgido efecto... Has hecho esto y ya está, no se va tu hija. Tú hija ya no se va, porque la expulsada se convertirá en la 'asilvestrada' ", bromeó Jorge Javier Vázquez con la madre de la concursante, que añadió que "se va a convertir en la mejor", antes de que el presentador recordase la nueva mecánica de la nueva localización del reality: "Os recuerdo que vivirá en 'El Mirador', una plataforma situada en la frontera de los dos lados. No podrá hablar con nadie, tendrá que buscarse la vida, pero no podrá robar utensilios de ninguno de los dos lados".
Tras llegar a la localización, la joven de Granada acertó al afirmar que "se trata de mi nueva casa, ¿no?". Sin embargo, Melissa no se mostraba muy ilusionada ante la perspectiva de su nueva semana en solitario. "No tengo otra alternativa, ¿no?", comentó la expretendienta de Suso, resignada a su nuevo hogar. "¿Ahí voy a tener que vivir yo sola? Es que qué puede salir de ahí... Madre mía. Hombre, la vista no está mal", dijo la concursante desde lo alto de la plataforma en la que vivirá, como mínimo, siete días.