El escritor y presentador ha hablado de algunos aspectos de su infancia tras haber participado en 'El camino a casa'.
Máximo Huerta se ha sentado en el plató de 'El Hormiguero' junto a Albert Espinosa después de que haya participado en uno de los capítulos de 'El camino a casa', y ha sido en este espacio de La Sexta donde ha recordado cómo era su vida cuando era un niño y qué camino hacía cada día para volver a su casa desde el colegio.
Sobre esta experiencia el escritor ha comentado: "Llore, reí, lloré, lloré, lloré. Ha sido como volver a Buñol de nuevo, con siete años. Yo no había vuelto a entrar en mi clase. Que pequeña me pareció de pronto". Y de nuevo ha salido a relucir un tema que sin duda alguna hace que le afloren muchos sentimientos, acordándose de su padre, con el que tuvo una complicada relación. "Me prometí no hablar, pero es inevitable hablar de infancia y no mencionarlo", ha dicho Máximo Huerta al respecto. Lo cierto es que no es un secreto que su vínculo con su padre no era fácil por la forma en que les trataba tanto a él como a su madre. "No recuerdo la cara de mi padre, ni la voz que tanto miedo me daba, pero... Me puso frente al olor de mi padre. Albert sacó un frasco con colonia de mi padre y, de repente, el estaba allí otra vez. Entré en barrena. Volví a estar ahí. Volví a oír los gritos. Lo compartí todo. El olor lo abrió todo", ha confesado sobre cómo lo vivió.
Lo cierto es que los recuerdos están más latentes en él desde que se mudó a Buñol, su pueblo natal, para cuidar a su madre Clara. En 2020 le diagnosticaron un tumor y desde ese momento ha pasado por malos momentos de salud, teniendo además demencia. "Hoy me ha dicho '¿Dónde está tu hermano? Soy hijo único. Hay días que somos muchos en casa. Me he acostumbrado a que esto sea normal sin serlo. Me he acostumbrado a que mentir es la única solución en estas circunstancias. La mentira salva. La mentira es sanadora en según que momentos", ha comentado.Lleva años cuidando a su madre
"Me gustaría que todas las familias fueran felices, pero eso no sucede. La presencia de mi padre era una presencia dura. Cuando escuchábamos las llaves de casa, mi madre y yo nos poníamos firmes. Esa intimidad bonita entre madre e hijo se rompía. Tenía miedo; la posibilidad de que pasar algo grave era tremenda", ha recordado. Your browser doesn’t support HTML5 video
En cuanto al pasado y a lo hogareño que es, ha dicho: "Yo me he quedado en casa por proteger mucho a Clara, por cuidarla. De guardián de unas circunstancias que no eran bonitas", haciendo alusión a la mala relación que mantenía con su padre. En Buñol mientras ha cumplido un sueño al abrir una librería llamada Doña Leo, como su perrita, así que mientras que cuida a su madre sigue escribiendo, rodeado de libros siempre.