Un trabajo temporal que nunca esperó que fuese a convertirse en lo que hoy en día es: "No sé si lo sabéis que ahí trabajaba con mi tía, yo estudié maquillaje, y ella me pidió que fuera con ella a los conciertos de la gira y lo combinaba con esto (...) me sacaba un dinerillo y tiraba para adelante", reconocía: "Al final es un trabajo, estaba aquí en Madrid con mi tía, podía combinarlo... mi intención era volver a Sevilla, buscar trabajo, porque yo antes trabajaba de recepcionista antes de defender a Kiko", mostrándose muy agradecida por la oportunidad que Ana Rosa Quintana le dio en su programa.
Un trabajo que, además, asegura, es muy goloso y no quiso desaprovechar la oportunidad: "No te voy a engañar, es un trabajo privilegiado comparado con otros y fue surgiendo. Tampoco yo pretendía convertirme en un personaje público ni que la gente me parara por la calle. Pensaba que todo se quedaría en 'la prima de Kiko'. Se trabaja bien, nos cuidan bien, nos pagan bien... pero la fama no estaba en mi cabeza".
Y con la fama vinieron muchas cosas buenas, por supuesto: "Todo lo que he podido conseguir y lo que tengo hasta ahora mismo con la edad que tengo. Que tengo amigos de mi edad que no lo han podido tener o necesitan muchos años de trabajo o hipotecas enormes", reconoce: "Me quedo con eso y con el aprendizaje de haber trabajado con Ana Rosa, con María Teresa Campos, con Jorge Javier Vázquez... además lo compañeros. Yo no pensaba en querer a Kiko Hernández o a Mila. Yo pensé que iba a salir de aquí muerta. Mira las vueltas que da la vida".
En cambio, esto es un arma de doble filo también con sus cosas malas: "Tengo una lista interminable", le espetaba a Jorge Javier: "Tener que dar explicaciones públicamente. También tener que estar ahí públicamente cada vez que pasa algo en mi familia, tener que dar explicaciones, dando la cara defendiendo algo que yo quiero hasta morirme, pelearme con mis compañeros", algo que le provocó también mucho sufrimiento: "Ansiedad, no tener ganas de salir, solo querer llorar, tener problemas con tu pareja, con tu familia, tener un carácter agrio... todo es tipo de cosas no era la Anabel de antes".
A Kiko no le convencen sus quejas
Unas quejas que, en cambio, compañeros como Kiko Matamoros no entienden e incluso reprochan: "Anabel ha avanzado menos de lo que nos creíamos. Veo el mismo discurso victimista. Creo que tendría que estar agradecida a este programa y el resumen que hace ella de su paso por aquí o sobre lo que la tele le ha dado es muy injusto", le echaba en cara: "La televisión, para bien o para mal, te cambia la vida y siempre has tenido en tu mano el poder de irte sin tan dura es la vida de la popularidad. Creo que no solo te ha puesto donde está sino que además tiene una proyección de futuro tremenda. Me parece que no lo valoras lo suficiente o no lo sabes verbalizar. Ese victimismo ni lo entiendo ni lo comparto ni creo que sea justo".