En marzo de 2017 la presentadora vio cómo Telecinco le alejaba de la televisión al retirar su programa de los fines de semana, 'Qué tiempo tan feliz', y su retorno a la cadena con otro tipo de formato era cada vez más inviable tras sufrir un ictus isquémico. Aunque María Teresa Campos hizo gala de su fortaleza recuperándose en tiempo récord, la pequeña pantalla ya había prescindido de sus servicios con la incorporación de 'Viva la vida'.
La ausencia de un programa para la presentadora no le ha mantenido lejos de su segunda casa, pues tanto Bertín Osborne como Risto Mejide han contado con su presencia en 'Mi casa es la tuya' y 'Chester', respectivamente. Además, fue la defensora ocasional de su pareja, Bigote Arrocet, en 'Supervivientes'. En cada una de sus intervenciones recibía el cariño y apoyo del consejero delegado de Mediaset, Paolo Vasile, y con respecto a su vuelta a la televisión la malagueña insistía en que "la cosa no está fácil y hay que pensar un programa adecuado y que sea del agrado de ambas partes". Pero ese programa parece no llegar nunca y la desesperación continúa.
El 2018 tampoco ha sido fácil, pues el pasado 17 de febrero las alarmas volvían a saltar al sufrir la presentadora una suboclusión intestinal que le llevó a pasar por quirófano en el Hospital de la Luz. Aunque se encuentra totalmente recuperada y sus familiares y amigos han estado a su lado en todo momento, la matriarca de las Campos ha llegado al punto de estar "desesperada y triste", tal y como apunta El Español.
Este medio ha afirmado que María Teresa Campos asiste a "reuniones ocasionales" con la cúpula de Mediaset, y que a pesar de tener varias opciones profesionales en mente ninguna llega a buen puerto. Los programas parecen estar ya fijados en la cadena y la presentadora es consciente de que 'Viva la vida', formato que sustituyó al suyo, se ha hecho un merecido hueco en la programación de la cadena. La andaluza no puede más, y una fuente cercana ha asegurado al citado medio que está llevando "mal" su ausencia en televisión, ya que se trata de una mujer que ha pasado "toda su vida con un programa y en activo".
A la espera
Si bien en un principio Campos vivía la situación como una oportunidad de retomar su trabajo con más fuerza, el vacío y la tristeza inundan la vida de la presentadora. "Los que la conocemos sabemos cómo lo pasa realmente. Ella se lo calla, pero debe ser duro verse obligatoriamente sin trabajo cuando lo que te pide el cuerpo es volver a tus directos y al ruido de la televisión", asegura la misma fuente. Al parecer, la malagueña pasa el día pegada a su teléfono móvil a la espera de recibir una nueva oportunidad en televisión que la vuelva "loca de alegría".
Mientras tanto, María Teresa cuenta con el apoyo de sus seres queridos, y especialmente de Edmundo Arrocet, quien según la afirma la citada fuente "la arropa mucho y su sentido del humor es fundamental".