Las hermanas han respondido a las personas que las definen como pijas, clasistas o tradicionales y se han sincerado sobre lo que piensan.
Los viajes de Jesús Calleja siempre sacan a la luz conversaciones muy sinceras de los invitados, que desvelan facetas suyas que no se conocían. Esta vez, las invitadas han sido María Pombo y Marta Pombo, que aparte de disfrutar de su aventura en la Patagonia, han hablado sobre muchos temas que normalmente no mencionan. Las hermanas han hablado sobre sus inicios en las redes sociales, sus familias, pero también sobre las opiniones que tiene la gente sobre ellas.
Algunos se refieren a las hermanas Pombo como pijas, clasistas o tradicionales y ellas han querido aclarar lo que piensan al respecto y acabar con las etiquetas que les ponen. "No somos tan tradicionales. Mi padre siempre nos ha dado libertad. Nunca nos ha puesto barreras, horas de llegada, nunca nos ha prohibido nada", comenzó diciendo Marta Pombo antes de que María Pombo dijera que esa educación es la que busca en sus hijos.Al hablar de etiquetas, aprovecharon para responder a los que les llaman pijas, algo que no les molesta, todo lo contrario. Lo que sí les molesta es que las describan como no son: "Lo que más me fastidia de las redes es que hay un personaje de María Pombo que no es y que me definen como no soy". Además, cree que por pensar que son una familia muy tradicional, se las ha encasillado de ser de un partido político y de ser muy religiosas.
Se consideran feministas
Muchas veces, los ataques que reciben vienen por la política, algo que no les sienta bien. "No me gusta lo de ser soldados de los partidos", indicó María Pombo, que aseguró tener ideas de un partido, pero también de otros y que no entienden la necesidad de estarse justificando constantemente. "Otra vez de derechas, pijas, política, niños... Todo es polémico hacia nosotras", añadió la influencer. Además, aseguró que se consideran feministas y que siempre han sido educadas desde el respeto y la igualdad.
De la religión también han hablado, ya que al encasillarlas en una familia muy tradicional, se supone que son personas muy religiosas. Las hermanas confirmaron que sí son creyentes cristianas, pero que "nunca han tenido esa fe tan arraigada que tienen algunas personas". De hecho, Marta Pombo considera que hay cosas que le parecen anticuadas y que alejan a la juventud de la Iglesia.