"Yo tenía en mente un vestido que había visto desde hacía un montón", reconoce la hija de Isabel Preysler, y así se lo plateó a las chicas de Sophie et Voilà, quienes ya no se mostraron muy conformes con inspirarse en un diseño ajeno. Quizá, según ella explica, por ello hicieron lo que quisieron: "Cuando llegué a la segunda prueba, el vestido había cambiado completamente (...) Fue todo superincómodo", asegura describiendo un vestido con muchos volúmenes que ni siquiera le había gustado a su madre ni a su hermana Ana Boyer, que la acompañaban en esa segunda prueba del vestido.
Por ello, Tamara Falcó reconocía que ya entonces había empezado a hablar con sus abogados porque además del vestido había firmado un contrato anual con la firma, y si este era el comienzo no quería seguir adelante: "Lo siguiente que sé es lo del comunicado de prensa", le confesaba a Pablo Motos en una nueva y extensa charla en la que parecía dejar clara su versión de los hechos y la única realidad sobre lo que realmente ocurrió.
Lo que Tamara Falcó dijo el pasado 23 de febrero
Bien es cierto que, ya entonces, reconocía que a Isabel Preysler no le había había costado asimilarlo: "Mi madre no lo ha entendido, pero le ha encantado. Es el traje de mi vida", decía por aquel entonces, algo muy diferente a lo que dice ahora de aquella prueba del vestido: "Ayer era un horror en febrero, te fascinaba. Por lo tanto, sin yo ser testigo de esas pruebas, ¿me puedes permitir que yo ponga interrogante la palabra de Tamara? Porque hay una sola, verdad. No puede haber dos realidades de un mismo día", la sentenciaba así María Patiño.