El precio de la fama puede ser muy alto, aunque más que alto puede llegar a ser bastante cruel ya que las críticas suelen ser, en su mayoría, más malas que buenas. Esto es lo que le ha ocurrido a la presentadora de 'Socialité', Maria Patiño. La periodista está pagando caro, de manera social, el haberse casado en secreto. No paran de llegarle críticas por haberse casado sin invitar a nadie y sobre todo por no haber vendido públicamente la ceremonia.
A comienzos del mes de agosto, la colaboradora de 'Sálvame' dio el 'sí, quiero' al que era su pareja durante 14 años, Ricardo Rodríguez, en Sri Lanka. Este hecho provocó la sorpresa de sus compañeros de trabajo y su gran amigo Jorge Javier Vázquez. A pesar de todo, la periodista gallego-sevillana ha querido dar algunos detalles de aquella unión e incluso decidió tomar algo con amigas después del trabajo para contarle todavía más detalles.
María Patiño escuchando las críticas por casarse en 'Sálvame' | Telecinco.esTras conocerse la noticia y hablar de ella, el colaborador Kiko Matamoros en su sección 'El club del espectador' ha traído unas llamadas no muy felices para María Patiño. La audiencia le echaba en cara el no haber dado más detalles de la boda y sobre todo el no haber invitado a nadie de su familia y amigos. "Me cuesta mucho trabajo ver con ojos sucios cosas tan sumamente limpias, me cuesta mucho trabajo", confesaba la periodista cansada de las críticas por haberse casado. "Hago lo que quiero y como quiero hacer las cosas", finalizaba la colaboradora.
Palabras de su amigo
No está claro si Jorge Javier Vázquez sabía algo desde el principio pero el presentador líder en Telecinco tras más de dos décadas que tiene de amistad con la periodista, no ha podido evitar dedicarle unas palabras en la revista en la que colabora. "Se ha casado María Patiño en Sri Lanka y, cada vez que la veo vestida de novia, me viene a la cabeza aquella noche de hace veintitantos an?os en un bar de Marbella. También iba vestida de blanco, aunque con pantalones. Bailaba y reía como si no hubiera mañana. María sigue siendo la niña de entonces, aguerrida, disparatada, divertida sin proponérselo, una loca bajita", escribía el catalán para finalizar con un cierre nostálgico por los años vividos: "Me gustaría sentarme con María y preguntarle qué hacemos, hacia dónde vamos".
