"Ella se cree el centro el mundo, antes de salir del centro a la reunión llegó públicamente diciendo que traía parches de morfina que todos nos quedamos como: 'bueno, esta reunión...'. Esta mujer se pone a hablar con mucha soberbia, mandando callar a la gente, a mí me mandó callar, a mi pareja también le mandó callar en una reunión siendo él el presidente y tal. Siempre con amenazas, y con enfrentamientos y con discusiones en las reuniones cuando se le ha dicho algo. Yo le interrumpí y me dijo que era una mal educada porque interrumpía a la gente cuando estaba hablando, entonces le dije que predicara con el ejemplo. La primera que no dejaba hablar a nadie es ella. Es una persona aburrida que tiene mucho tiempo y busca hace daño. Habla con muy poco respeto, habla buscando enfrentamiento", cuenta una vecina de la mujer de Jesulín de Ubrique.
"El que levanta la mano es él porque es el presidente y es él que tiene que votar pero la que habla es ella. Él no se entera ni de la mitad de lo que se habla en la reuniones. Cuando yo los conocí la primera vez, se mostraron simpáticos, así muy cercanos. Ahora hay unos malos rollos increíbles. A mí me tienen denunciada, estoy deseando vender la casa y no soy la única", cuenta la vecina de Arcos de la Frontera sobre Campanario y su marido.
Los descarados perros de Jesulín de Ubrique
"Van en plan, bueno, con los perros sueltos, cagándose en mi jardín, en el de vecinas, tumbados en el sofá de las terrazas de los vecinos con nuestras fundas blancas. Que hay gente que está jugando al golf y los perros por ahí detrás de las pelotas, como si fuera Ambiciones. En los estatutos pone que no puede haber animales a no ser que vayan atados y les da igual. Lo hemos hablado en las reuniones pero Jesús dijo que sus perros han pagado por estar ahí y que le había costado una fortuna esa casa", relata la vecina del matrimonio.