Ha querido pedir perdón por si alguien habÃa entendido que le desea a Campanario la enfermedad que sufre. Sobre la boda también ha querido opinar, sobre todo porque su hija, de momento, no está invitada: "A mà me da igual que estas personas se vuelvan a casar, ellos tienen su vida, yo tengo la mÃa. A mà no me da envidia que se vuelvan a casar, yo eso ya lo superé hace muchÃsimos años, y tengo a mi pareja que me hace muy feliz".
Eso sÃ, Belén Esteban no deja de sentirse atacada de cualquier manera: "Parece que cuando nos conviene, y lo siento si está en el hospital, hay que atacar de la manera que sea. Que se recupere pronto y ya está bien. Si no hubiera querido que hubiera hablado, que no hubieran nombrado a mi hija".
A pesar de su mala relación, parece que Esteban ya felicitó a Campanario por su próxima boda: "Yo la felicité. A mà lo que me duele es que a mi hija todavÃa nadie le ha llamado. ¿No tengo derecho a decir la verdad? Que se casen cada 5 años", y Jorge Javier Vázquez, para echar más leña al fuego, le dijo: "¿Qué les vas a regalar?", a lo contestó: "No soy la persona adecuada para regalarles nada". Las bromitas del presentador continuaron, porque le soltó: "¿Si sorteara la corbata de JesulÃn, pujarÃas por ella?", pero, como era de esperar, ella no quiere saber nada de eso.
Nuevo ingreso y más enemigos
Entre tanto, MarÃa José Campanario tiene más fuertes abiertos, y según ha contado J. A. León, está molesta porque al parecer escuchó un comentario desafortunado por parte de un colaborador de 'Sálvame': "No sé quien lo pudo decir ahÃ, el comentario fue que tiene la enfermedad que se merece", ha dicho el colaborador. Todos los colaboradores han negado haber dicho algo asÃ, incluso Belén Esteban, que pide que se revisen los programas porque asegura que nunca ha salido esa frase de su boca.
Y además, de nuevo su enfermedad la ha arrastrado hasta el hospital, donde debe permanecer hasta el fin de semana. Ha sido un brote de fibromialgia, la enfermedad que padece desde hace años, la que ha ocasionado su ingreso. Y, cómo no, su marido, JesulÃn de Ubrique, no se despega de ella y es su pilar principal. Apenas faltan dos meses para renovar sus votos matrimoniales y hasta entonces tiene para recuperarse.