Rescatada por su jefe
Mari Carmen recuerda que le abrió la puerta José Luis Moreno y que le pareció un niño muy mono. Apareció su padre, Natalio Rodríguez, que tenía una compañía de guiñol llamada 'Las marionetas de Talio'. "Eran todo chicas monísimas de 20-25 y yo tenía 16, pero parecía de 20". La adolescente fue seleccionada y se puso a trabajar.
En su cuarto viaje, un policía le pidió la documentación, y al ver su edad le preguntó que con quién viajaba. "Respuesta de Natalio sin levantar la vista, despreciando totalmente a la autoridad competente: 'No contestes a ninguna impertinencia'". El policía le pidió que se bajara en la próxima estación "hasta que llegue un documento notarial, donde su madre, dado que usted es huérfana, le dé permiso para viajar con este señor", recuerda Mari Carmen, que prosiguió sin inmutarse: "¡Me llevaron a la cárcel! Al ratito viene el policía y me dijo que ya podía salir. Estaba Natalio esperándome con el poder de mamá y me fui".