Pues bien, hablando de todo lo relacionado con Miguel Bosé y de su evidente deterioro físico, así como de su peculiar forma de ser, Carlota Corredera ha querido contar una experiencia vivida con el cantante que no recuerda con cariño precisamente: "Yo no tengo muy claro todavía si se puede separar a la persona del personaje, pero hay una realidad. Yo admiro muchísimo como cantante a Miguel Bosé, es una máquina, lo ha demostrado y cuando tienes la oportunidad de recordar su trayectoria te das cuenta que tiene himnos por todas partes".
La presentadora continuaba diciendo en 'Sálvame': "Pero tengo que decir que yo he conocido a Miguel Bosé en las distancias cortas como periodista y yo te puedo decir que a mí no me ha tratado nadie peor que él en mi vida. Ahora mismo le vemos una cara que a lo mejor nos preocupa porque se está volviendo arisco o más distante... Cuando yo llegué a Madrid tenía 24 años, trabajaba en Diario 16, él estaba presentando 'El séptimo de caballería', uno de los grandes programas que han salido de TVE y yo le entrevisté".
"Llevaba preparada la entrevista con el comunicado de prensa que había mandado TVE, con las secciones del programa y demás. Yo me planté allí y en cuanto me dio la mano, a mí me sudan las manos y yo siempre intento evitarlo, pero la cara de asco que puso cuando se dio cuenta que me sudaban las manos no la disimuló. Entonces el principio no prometía mucho", revelaba la periodista en el programa.
Malos modos con una principiante
Sin duda, la forma de Miguel Bosé de tratar a Carlota Corredera cuando tenía tan solo 24 años deja mucho que desear: "Le empecé a entrevistar y se le empieza a cambiar la cara en cada pregunta que hago, cada vez a peor. '¿Pero tú de dónde has sacado esa información, niña? A las entrevistas hay que venir preparada' y claro, yo me hice del tamaño de liliput y le dije 'todas las preguntas están en el comunicado' y me dijo 'bueno claro es que si por mí fuera la jefa de prensa de TVE estaría en la calle porque es una inepta'. Casualmente era amiga mía".
Tras esto, añadía: "Me dio una entrevista terrorífica porque cada cosa que yo le preguntaba me la tiraba por tierra y me trataba como si fuera la última mierda. Intenté remontarla, intenté que no se me notase. De pronto, tenía que hacer las fotos, tenía una mala hostia, enfadado con el mundo y cuando llegaron las fotos estaba arrebatador. A pesar de lo mal que me trató le admiro mucho. Tratar así a una periodista pequeña, profesional y de pronto todo le pareciese mal...", concluía.