La de Pamplona ha comenzado a contar la sorprendente historia: "Mi madre Rosi cuando tenía 50 y pico años y vio la película de las monjas que robaban niños dijo 'esto me pasó a mí con vuestros hermanos'. Yo recuerdo siempre las mismas palabras. Ella nos contó que tuvo a su primera hija, María Pui. Salió perfecta, de cuatro kilos y pico. Era la más guapa. Y que nada más nacer, estaba como una leona. Se la puso al pecho todo contenta. Dice que abría hasta los ojos, mira si estaba hecha. Se le caía la baba", relataba.
Tras esto, seguía diciendo: "Antes te quitaban al niño y lo metían en unas cunas comunes y se las llevaban a otra habitación, no era como ahora. Desde el primer día, la monja le dijo a mi madre: 'Ay Rosi, a ver cómo está mañana la nena porque se está poniendo malica'. La Rosi se extrañó porque la niña tenía un color perfecto y estaba muy espabilada. La monja le contestó que 'ojalá Dios quisiera que sobreviviese'. Al día siguiente estaba esperando a que le trajeron a la niña para darle la toma y entró la monja diciéndole que tenía que darle una mala noticia. Le dijo que la nena se había muerto", contaba Maite Galdeano revelando así la tragedia.
La pobre madre no esperaba semejante desenlace y así lo contaba Galdeano: "La Rosi empezó a llorar como una loca y a decir que no podía ser. Pidió que se la enseñaran pero la monja le dijo que no, que se quedase con el recuerdo que tenía de ella y que no se la iba a enseñar para que no sufriera. Le dijo que iba a rezar para que Dios la tuvieran en sus brazos. Mi padre Narciso se puso como un loco pero la monja con dos palabras lo amansó. Cogió una caja que parecía de zapatos, le dijo que iba a ir ahí y que se iban a encargar de todos los gastos".
Artimañas de todos los tipos
Maite Galdeano revelaba que a sus padres les habían ofrecido otra hija: "La monja les dijo que si querían llevarse a la hija de una soltera. Porque las solteras de esos años se supone que eran como putas. A esos niños nadie los quería adoptar ni querían venderlos, fíjate que mente más retrógrada tenían. Se quedaban en las inclusas, que eran como unas guarderías de niños abandonados hasta que se hacían mayores de edad. Narciso la rechazó porque dijo que la niña 'le iba a salir más puta que la madre'. Estaba medio loco también. La Rosi sí la quería", explicaba.
Sin embargo, parece que la abuela de la de Pamplona pudo tener algo que ver: "La Rosi no le caía bien a la suegra. Pensamos que por castigo la madre de Narciso, mi abuela, se la dio a su hija que era monja y le dijo 'hala, véndela'. Pensamos que puede estar en Zaragoza. Tendrá unos 55 años por ahí". Sin embargo, la historia no queda ahí: "La pobre Rosi se quedó embarazada de un niño al que llamó Juan Andrés. Lo tuvo un mes en casa pero sufría algo de oído. Un día lo llevó a urgencias, el médico lo metió para dentro y salió diciendo que había fallecido. 'Si me lo llegas a traer una hora antes lo hubiese salvado' le dijo. Además, en su parte de defunción ponía que había muerto por cirrosis. ¿Cómo va a tener un niño de un mes cirrosis?", concluía.