La colaboradora de 'Sálvame' se sinceró con Bertín Osborne en 'Mi casa es la tuya' y recordó cómo conoció a su marido.
Lydia Lozano siempre tiene mucho que contar, por ello su paso por 'Mi casa es la tuya' no defraudó. La periodista charló con Bertín Osborne sobre muchos asuntos, llamando la atención la tragedia que marcó su vida cuando perdió a su novio en un accidente en el que ella sufrió graves heridas. No dudó en hablar sobre Charly, su marido y el amor de su vida, un hombre conocido a su pesar que siempre ha intentado mantenerse al margen de la fama de Lydia Lozano. Eso no quita para que la colaboradora de 'Sálvame' no pueda contar detalles sobre su relación.
Preguntada por cómo se conocieron, contó que fue a través de un amigo de Charly que era en aquel tiempo novio de Lydia Lozano: "Salía con un amigo de él, estábamos fatal y me dijo 'ven a una cena'. Llegó uno que me hizo mucha gracia cómo iba vestido. Unos Levis negros, una camisa vaquera negra y unas Victorias verdes", contó la periodista. "Me pareció muy tímido hasta que contó cómo hacía los chipirones en su tinta y que le había estallado en su casa en el Paseo de la Habana toda la olla y la casa de mis suegros, que era maravillosa, se había puesto todo negro y lo contó con un arte", recordó Lydia Lozano con una sonrisa. El restaurante al que iban el Rey Felipe e Isabel Sartorius
"Me dice, 'voy a ver a una amiga mía Marta del Pino', de las primeras terrazas de Madrid. Al amigo le digo: '¿Mañana no tienes que currar? Me voy con tu amigo'. Llegó a los 10 minutos porque estaba celoso. Nos fuimos a Pachá. Charly me llamó y me dijo '¿qué tal estás?' Le dije que estaba cabreada por la bronca con este. 'Te invito a cenar a Cacique'. Ahí iba Felipe con Isabel Sartorius. Hasta ahora", reveló Lydia Lozano.
Él no sabía que yo trabajaba en el corazón. Charly era muy conocido y tenía muchos amigos conocidos y se movía en un ambiente que yo les hacia fotos a esos. Él me prohibió totalmente decir que era periodista del corazón. Yo les decía que era bibliotecaria, porque al decir que trabajas en la Biblioteca Nacional nadie te preguntaba nada. Siempre me dijo: 'cuando vengas a casa de Fulanito, ves, oyes y callas'. Lo tengo muy a rajatabla. A mí se me puede invitar a una casa. Me comía las uñas, pero en la vida. Mi ética subió, supe siempre que no iba a destrozar a un amigo. No todo el mundo lo hace. He vivido momentos de lo que tengo delante o lo que estoy escuchando, esto vale mucho dinero, pero nunca en la vida", finalizó Lydia Lozano.