Está claro que para la audiencia es un momentazo pero Lucía ha vivido la peor hoguera a la que se podía enfrentar y eso que es tan solo la segunda. La joven llegaba tranquila pero con la lágrima asomando, sin embargo, cuando vio todo lo que tenía que ver, las lágrimas se secaron y llegó el enfado y la dignidad: "Yo sí que no voy a llorar más. Es patético. Ya me lo había demostrado antes pero ahora lo es más. A mí ella me da igual, es una ridícula y es lo que es. No me lo esperaba. Yo estaba más tranquila hoy que en la otra hoguera. Lo ha hecho porque no tiene dos dedos de frente, porque no me quiere, porque es su naturaleza, porque no piensa en nadie nada más que en lo que tiene entre las piernas".
"Venía aquí harto de llorar, pobrecito, de vergüenza. Él no se merece ni esto de mí y no lo va a tener. Ya llorará pero que llore, lo que he llorado yo y más. Me ha vuelto a humillar, me siento una porquería pero siento que él más porquería que yo porque yo valgo mucho más que él y no le he faltado el respeto en mi vida. Es un caliente asqueroso, que haga lo que quiera", concluía. Sandra Barneda le advertía que le quedaban más imágenes pero Lucía lo tenía claro: "No quiero verlas por favor, no estoy preparada para verlas". Tras esto, presa del enfado, cogía las pulseras y el anillo que Manuel le había regalado y lo lanzaba a la hoguera al más puro estilo Rosito.
Dándolo todo con Fiama
Sin embargo, todo esto provoca en Manuel una ligera culpa que no dudó en exteriorizar durante la hoguera. Al participante se le saltaron las lágrimas diciendo: "Me he dejado llevar, he sido super egoísta. La he vuelto a fallar, seguramente la pierda, he reventado la relación". Lo cierto es que poco le duró esa culpa porque tras ver unas imágenes totalmente inofensivas de Lucía bailando divertida con sus compañeros aseguró que no le habían gustado y que ella no era así. Por último, concluía con la gran frase de todo infiel: "La quiero y la querré siempre a pesar de todo".