Toñi Moreno acaba de presentar su libro 'Madre después de los 40. La verdad del cuento' en el que narra, a través de su propia experiencia tras convertirse en madre a los 46 años, la realidad sobre la maternidad alejada de ese camino de rosas que siempre se ha intentado hacer creer. Con este nuevo paso en su carrera, la conocida presentadora acudía al plato de 'Sábado Deluxe' para hablar de su realidad más complicada.
Sin poner en duda en ningún momento que la llegada de Lola, su hija, ha sido uno de los momentos más bonitos en toda su vida, la andaluza asegura que se encontró con unas dificultades de las pocas veces había escuchado hablar: " No sé por qué no se habla de la depresión postparto con más naturalidad... Yo sí la tuve", confesaba: "Tu cuerpo ha cambiado, no te reconoces, hormonalmente tu cuerpo es una feria, solo tienes ganas de llorar ".
"Tuve un embarazo muy mal"
Por este mismo motivo, Moreno asegura que la primera semana tras haber dado a luz "no podía parar de llorar", algo que no entendía hasta que su ginecóloga le explicó que "esto es hormonal" y que era algo complemente normal. "Dormí cuatro noches todas mis horas y me recuperé", explicó aliviada.
Una angustia que tuvo también durante una temporada en la que estaba verdaderamente implicada en el hecho de quedarse embarazada. " He sufrido mucho para quedarme embarazada, lo intenté muchas veces ", aseguró. Un sufrimiento que vino con capítulos verdaderamente descorazonadores: " Tuve dos abortos que los cuento en el libro, pero sabía que podrían formar parte del proceso".
Finalmente, Lola llegó cuando menos se lo esperaba: "En esta segunda etapa estaba trabajando y feliz y me dije: 'Lo voy a intentar por última vez y si me quedo, estupendo, pero mi felicidad no dependía de ser madre". Y la vida le doy esta maravillosa oportunidad que tan feliz de le hace ahora. Aunque el embarazo tampoco fue sencillo: " Me quedé embarazada a los 46 años sin musculatura ninguna. Mi embarazo fue mal, tu un embarazo malo y todavía lo estoy pasando muy mal, per compensa ", decía feliz.