La pareja ha acudido a 'El Hormiguero' para hablar de su nuevo proyecto y de cómo es para ellos trabajar juntos.
Javier Calvo y Javier Ambrossi han acudido al plató de 'El Hormiguero' para hablar de uno de sus últimos proyectos, la serie 'La Mesías'. Ha sido hablando con Pablo Motos donde han dejado al descubierto sus rivalidades en cuanto a trabajo se refiere. "Hace tiempo que no discutimos. Es verdad que en la temporada 3 de 'Paquita Salas' discutíamos bastante. Después, en 'Veneno' y 'La Mesías', yo creo que no discutimos nada", ha contado Javier Calvo.
"Yo creo que al principio, cuando empezamos a trabajar juntos, cuando él brillaba en algo, yo quería hacerlo más. Si él es muy bueno con las cámaras y tiene muy buen ojo técnico, yo quería. Entonces eso no le daba espacio ni a él ni a mí. Poco a poco fui dándome cuenta de que lo que tenía que hacer es focalizarme en lo que tengo yo bueno, en creer en lo que yo hago bien", ha confesado Ambrossi, contando cómo se generaron tensiones entre ellos. "Dije 'a lo mejor me voy a centrar más en estar con los actores, elegir a los figurantes, en ideas más globales'. Yo tengo una mente más macro y Javi es muy detallista. A partir de ese día, empecé a poder admirar lo que él hacía, y empecé a brillar yo, a aprender lo que justo quería aprender", sumaba Ambrossi a sus palabras. Por otro lado, Calo está de acuerdo con él: "Esa es la clave. Cuando trabajas en pareja, es fundamental saber en qué el otro es mejor que tú y, en vez de competir contra ello, atesorarlo y decir 'joder, qué guay, voy a aprender de ti, voy a dejar que brilles y yo sé que tú me vas a dar espacio en lo que yo quiero hacer y en lo que a mí me gusta'".
Y ha sido hablando de la trama de su nueva serie cuando han contado más detalles de su vida privada. "Es un thriller, un drama familiar en plan mujercitas dark, pero con los traumas que unen a una familia", ha comenzado diciendo Ambrossi. La 'tormenta interior' de Ambrossi
"No es nuestro interior molestar a la Iglesia. La serie habla de la libertad de creer", ha seguido diciendo, para recordar su pasado y su relación con el sexo: "Como niño gay y persona LGTB te señalan y te dicen que tus deseos son pecado y dan asco. Yo eso no me lo he quitado de encima. Escribir y dirigir me ayuda a estar más ligero. Aún no tengo una relación sana con el sexo, siempre tengo mucha tormenta interior. Lo que te pasa en la infancia y en el cole lo arrastras toda la vida".