Carlos, el marido de Laura Cuevas, decidió viajar hasta Honduras para encontrarse con ella en plena tormenta mediática por las supuestas infidelidades de la superviviente. Su relación se había convertido en foco de atención después de que él revelara que su mujer le había sido infiel. A esto se sumaban las confesiones de la propia Laura Cuevas a sus compañeros de programa, donde expresaba sus frustraciones de su matrimonio.

Así, durante el último programa de 'Supervivientes: Conexión Honduras', Laura Cuevas y su marido se reencontraban. Carlos, antes del encuentro, compartió su decepción con Sandra Barneda: "Estoy bastante decepcionado con todo lo que está pasando y me sorprende que diga todo eso". Antes del esperado encuentro, Laura Cuevas vio una de las frases más duras que había pronunciado Carlos sobre la infidelidad: " Llegué a casa, levanté la persiana y me encontré el percal ".
Ella se mostró sorprendida al escuchar esas palabras, aunque aclaró que sucedió durante un periodo en el que ambos "se estaban dando un tiempo". No obstante, cuando finalmente se vieron, lo primero que hizo Carlos fue acusarla de seguir mintiendo: " Sigues mintiendo como una campeona. ¿No estábamos juntos cuando yo te pillé?". La superviviente insistió en que aquel verano habían decidido darse un respiro, pero él la siguió reprochando: "Cuando llegue a España lo voy a demostrar, voy a mostrar los mensajes".

Un tenso reencuentro lleno de reproches por ambas partes en el que Laura le recriminaba a su marido que "nunca hay tiempo para mí y yo siempre esperándote. Llevo una vida de mierda", a lo que Carlos respondió: " Yo trabajo para dejarte a ti dinero ". A pesar del enfrentamiento, tuvieron un momento para hablar más calmadamente y Laura terminó confesando su deseo de hacer cambios en su vida al regresar: "No quiero llevar una vida tan sedentaria, quiero empezar a cuidarme".
Después de la tormenta llega la calma
Aun con toda la tensión, Laura dejó claro que Carlos " es el amor de su vida ", recordando que sus primeros años juntos fueron muy felices, aunque admitió que la relación se había ido deteriorando. Él, por su parte, la pidió comprensión: "Tengo que seguir estudiando y trabajando". Ambos incluso hablaron sobre su vida íntima, reconociendo que algo se había perdido en el camino y finalmente, el reencuentro acabó en lágrimas y abrazos.