Laura y Alejandro es la primera pareja que va a verse las caras en este tramo final de 'La isla de las tentaciones 6'. La gallega y el madrileño llegaban pareciendo ser una de las parejas más fuertes de las que iban a someterse a esta dura prueba de fuego y, sobre todo, declarándose incesablemente su amor eterno. Sin embargo, el programa le ha dado un giro de 180 grados a su relación.
El modelo llegaba con ganas a la hoguera y entablaba una conversación con Sandra Barneda: "Estoy con los sentimientos a flor de piel. Emocionado, nervioso...". " No he entendido nada. No sé qué Laura me espero, porque sinceramente, no la conozco ", le expresó a la presentadora. "Es lícito lo que le ha pasado y que quiera una etapa de estar sola, pero no de esta manera", se sinceró Alejandro.
" Que no me hubiera faltado al respeto con críticas y mentiras, ni con un beso ", dijo el madrileño. Entonces, Barneda le daba el paso a Laura, que le daba las buenas noches a esta al acabar el paseo de las antorchas, ante lo que dijo Alejandro: "¿Qué tal?", como si se reencontrarse sin más con un conocido.
Tensión que se puede cortar con un cuchillo
El modelo no se levantó para recibir a su novia, ni tan siquiera le miró a la cara prácticamente, quedándose con la mirada perdida mientras Laura tomaba asiento. Los dos se quedaron quietos, mirando al frente y esperando a que Sandra Barneda diese el pistoletazo de salida al momento incómodo que significaba aquella hoguera final. Ambos se encontraban esperando a que o el uno o el otro soltara el primer dardo envenenado.
Tras varias miradas de refilón, el rostro de Alejandro seguía impasible, mientras que Laura ponía caras de circunstancias por el nulo saludo que le había dedicado el madrileño. Así que, al final fue ella la que abrió la veda para acabar con aquel silencio: "Hola", y él repitió de nuevo: "¿Qué tal?". " ¿No me vas a decir nada? ", le dijo ella claramente, a lo que él respondió: " No ". No obstante, el avance dejó ver una ardua discusión entre la pareja y un momento final muy emotivo en la que ambos llegaron a no poder contener las lagrimas.