Después de entrar a trabajar a una discoteca, supo que no quería bajarse más de los tacones. Lara Sajén comenzó a trabajar en el mundo del espectáculo, donde conoció a varios transexuales que la orientaron y explicaron cómo funcionaban las hormonas. Fue entonces cuando se dirigió a un médico privado para operarse.
"No flipé de primeras porque antes no estaba operada pero era como que no existía. Pero luego el médico me dijo que tenía que explorar como si fuera una adolescente. Un día que funcionó, ahí sí que flipé. Pensé que por qué no lo había hecho antes. Pero no por eso me sentía más mujer. Yo desde el día que tomé la primera hormona lo sentí", reveló la superviviente.
Un referente
"Un día me llegó un sms diciendo 'Hola, hija Lara, quiero que sepas que te amo con todo mi corazón'. Fue la primera persona que escribió mi nombre. Y hoy en día al escribirlo yo, me emociono", añadía después emocionando a todos. "Mi madre nunca me puso límites. Me dejó ser yo misma. Lo que veis es en parte fruto de aquella libertad. Cuando mi padre no me dejaba hacer clases de baile, ella me apoyó. Cuando jugaba con muñecas y mi padre me las tiraba ella las cogía de la basura. Siempre he contado con su apoyo. Ella no pudo darme la posibilidad de estudiar en su momento y está superorgullosa. Me dice que soy una guerrera", dijo en una entrevista a El Periódico. Y es que Lara Sajén, se ha convertido en un referente dentro de la comunidad LGTBI.