Tras meses de silencio, ha sido a través del reality familiar como se ha arrojado luz a uno de los grandes divorcios del siglo XXI.
Solo faltaba Kim Kardashian por confirmar lo ya sabido: El fin de su matrimonio con Kanye West tras casi 8 años casados. Todo apuntaba a que la empresaria no hablaría públicamente por ser el plato fuerte de la temporada final de 'Keeping Up With The Kardashians', y así fue. El penúltimo capítulo del reality recoge las últimas vacaciones filmadas de la familia a Lake Tahoe. En cambio, la actitud de Kim no era la más adecuada para vivir uno de los mejores viajes en familia de su vida.
"¿Dónde está mi habitación? Solo quiero ir a mi habitación y no salir nunca", eran sus primas palabras nada más reunirse con su familia. "Kim ha estado lidiando en secreto detrás de las cámaras con su relación y es difícil para ella porque está intentando redirigir gran parte de su frustración y tristeza en cosas que nada tienen que ver con lo que le está ocurriendo", reconocía su hermana Khloé Kardashian en uno de los totales tras la bronca de Kim a los cocineros por poner unas galletas que ella no se puede comer.Tras esto, la co-fundadora de Good American decidía hablar con ella para saber cómo se encuentra con el todavía su marido: "No hay peleas. Ahora mismo todo está en calma. Simplemente estoy siguiendo adelante, ¿Sabes?", le reconocía. Pero las cosas no había sido así los días anteriores. Tal y como volvía a confesar Khloé en unos totales, "antes de irnos, ella y Kanye tuvieron una gran bronca". Unas palabras que daban paso a unas imágenes en retrospectiva del momento en el que Kim Kardashian hablaba con Kourtney, Kylie y Kendall Jenner sobre esta gran pelea que había marcado el principio del fin de su matrimonio.
"Él se merece a alguien que le apoye"
"No puedo seguir haciendo esto mucho más. ¿Por qué sigo en este punto donde estoy atrapada desde hace años? Él coge y se muda a un estado diferente cada año. Y yo tengo que estar junto a él para criar a nuestros hijos. Él es un padre estupendo y está haciendo un trabajo genial. Pero creo que él se merece a alguien que lo apoye y acompañe en todos sus cambios y que lo siga a cada lugar y se mude a Wyoming. Yo no puedo hacer eso. Él se merece una mujer que lo apoye en todos sus movimientos, que viaje con él y haga todo por él, y yo no puedo", reconocía Kim sobre el gran problema en su relación.
Un hecho que le hacía darse de que, una vez más, había fracasado en el terreno sentimental: "Me siento como una puñetera fracasada, es mi tercer matrimonio", decía sin parar de llorar: "Pero ni siquiera puedo pensar en eso porque lo único que quiero es ser feliz". "Kim es un ser humano maravilloso y todo lo que intenta hacer es mantener esa unión a toda costa. Pero es difícil cuando cargas con la responsabilidad sobre tus hombros. Yo lo único que quiero es que ella se preocupe de sí misma también", apuntaba Khloé en los totales. De nuevo en la conversación en Lake Tahoe, la menor de las hermanas Kardashian ofrecía su ayuda a su hermana, aunque esta le reconocía que no hacía falta: "Es que honestamente no hay nada de qué hablar. Yo no voy a seguir viviendo con peleas y líos si es así constantemente", explicaba Kim en unas palabras con las que parecía ya reconocer que su matrimonio había llegado ya a su fin.