En plena guerra entre Kiko Rivera e Isabel Pantoja por todo lo que ocurrió o dejo de ocurrir con la herencia de Paquirri, Irene Rosales ha sido la que más daños colaterales ha sufrido por todo esto tras tener que dar la cara día tras días en televisión como colaboradora de 'Viva la vida'. Un papel que le ha hecho terminar con su paciencia teniendo que abandonar el plató de Telecinco entre lágrimas tras ser acorralada por sus compañeros.
Después de que el programa tuviese acceso en exclusiva los papeles del reparto de la herencia del fallecido torero, sus compañeros de programa ponían en duda las palabras de Kiko Rivera. Por un lado, el reconocimiento público de que no tenía constancia de qué era lo que le correspondía a él de los bienes de su padre y, por otro, no tener constancia exacta de qué fue lo que vio en el famoso cuarto de Paquirri en Cantora. La colaboradora tampoco pudo reconocer qué era lo que su marido sabía de todo esto justificando que no habían hablado en profundidad de todo esto porque simplemente estaba ahí para ayudarle.
Unas palabras que no parecían creíbles para sus compañeros, que seguían cuestionándola. Hasta que finalmente Irene Rosales perdí la paciencia y explicaba el motivo por el que guardaba silencio, que seguía siendo el desconocimiento que tenían. La colaboradora aseguró que su marido no sabía qué era lo que le correspondía de la herencia porque toda la vida le habían dicho que su padre no le había dejado nada y, además, tampoco tenían constancia de qué era lo que había en ese famoso cuarto porque hasta ella misma le había pedido a Isabel Pantoja algún objeto personal de Paquirri y esta le aseguró que no quedaba nada.
"He visto a mi mujer llorar y eso me parte el alma"
Tras esto, la colaboradora rompía a llorar y abandonaba el plató ante el silencio del resto de colaboradores. Este hecho, que paralizó durante unos segundos el programa, acabó motivando que su marido, Kiko Rivera, saliese de su casa para hablar con la reportera del programa que hacía guardia a las puertas de su casa. "He visto a mi mujer llorar y eso me parte el alma", decía delante de la cámara y dirigiéndose a Rosales: "Me siento súper orgulloso de ti, si algo me rompe el alma es verte llorar. Eres lo mejor que he pasado en la vida. No me gusta verte así, la postura es la correcta porque dentro de lo mal que lo estoy pasando no deja de ser mi madre ".
Por este mismo motivo, la animaba a volver plató para seguir haciendo su trabajo: " Saca las fuerzas, saca lo que tienes que sacar, trabajas en un programa maravilloso... así que no llores, por favor te lo pido. Ya lo paso mal yo por ti. Nosotros vamos a seguir para adelante. Ya sabes que las cosas que hablamos en casa son nuestras ". Tras estas palabras, Irene Rosales volvía a su sitio para responderle a su marido y explicar qué era lo que realmente le acababa de pasar: "Para mí es muchísima responsabilidad. No es una bronca entre madre e hijo, es algo muy delicado y yo tengo mucha presión por el tema en general ", decía sin para de llorar: "Es la abuela de mis hijas, a madre de mi marido... y sé como lo esta pasando él y como es mi trabajo. Yo tengo mucha ansiedad, aunque este en un segundo plano. Tengo mucha responsabilidad".
"Lo que no quiero es que mi madre me deje un pufo"
Una complicada situación que el DJ acompañaba con la realidad que les estaba tocar a ambos como familia: " Quiero que seamos una familia feliz, aunque ahora estemos mas solitos en las fechas que son. Las primera Navidades sin mi suegra, las primera sin mi madre, aunque que creo que a ella le da igual porque no me llama y yo no la voy a llamar porque estoy cansado".
También Kiko Rivera quería dejar claro que las cosas no eran tan fáciles de entender como querían hacer ver los colaboradores del programa ya que, pese a no perdonar lo que su madre había hecho, "no deja de ser mi madre". " Es muy duro lo que estamos viviendo en casa ", confesó. Tras esto, quiso dejar claro una vez más qué era lo que quería sacar de todo lo que estaba ocurriendo: "Yo no quiero dinero, no quiero herencia. Lo que no quiero es que mi madre me deje un marrón en un futuro ni yo a mis hijos. A mi la herencia me da igual, que llevo 36 años sin heredar nada. Lo que no quiero es que mi madre me deje un pufo".
Tras esto, el DJ también ha querido dejar claro que no se arrepentía de nada de lo que había dicho en aquel programa de 'Cantora: Herencia evenenada': " Yo no me arrepiento, lo que pasa es muy doloroso. Sé lo que hago, a pesar de que en mi vida haya sido impulsivo. Esta vez no. Llevo bastante tiempo dándole vueltas". Tras esto, ha querido dejar claro que tuvo más oportunidad de sacar esto a la luz, como cuando visitó 'Sábado Deluxe'. Por este mismo motivo, no dudó en culpar a su madre de haber sacado esto a la luz por "llamar a otra gente, periodistas fuera de cámara" e, incluso " haber hablado de mi mujer ". " Porque tú me diste la vida, pero ella me la ha salvado ", asegurando que no va a permitir que nadie diga nada de ella. Toda una declaración de intenciones que no le pone las cosas fáciles -de nuevo- a Isabel Pantoja.