Por todos es sabido que Kiko Matamoros tiene una relación complicada con tres de sus cinco hijos pero parece que la enfermedad está ayudando a que acerquen posturas. A las primeras que les contó lo que ocurría fueron a Ana y a Laura Matamoros. El colaborador explicó cómo fue el momento vivido con Ana, quien se encontraba en urgencias por casualidad el mismo día que su padre: "Intentas dramatizar lo menos posible, no ocultarles la verdad porque sería estafarles".
"Transmitir tú ánimo porque esa es tu obligación, animarles a ellos. La verdad es que con Ana me emocioné porque la pobre se puso a llorar y es muy difícil ahí controlarte", contaba Matamoros. Con Laura fue distinto: "Laura es más parecida a mí, más dura, se echa todo más a la espalda. Con Laura fue relativamente fácil". "A mis otros hijos no les llamé porque no teníamos comunicación y no por ganas de llamarles, sino porque pensaba que a lo mejor para ellos no iba a ser un trago fácil".
Kiko Matamoros desveló algo que le había llenado de alegría: "Hoy me he llevado una alegría tremenda porque me han escrito mis dos hijas dos mensajes muy cariñosos y Diego, a través de Laura, también me ha hecho llegar un mensaje no tan cariñoso que le agradezco. La verdad es que la vida a veces te quita 'la silla' y a veces te la pone. Me parece que aunque sea por circunstancias como esta, si es posible que a partir de esto con mis hijas pueda tener una relación mejor, me alegro de pasar por aquí", decía visiblemente emocionado.
Arrepentido por los problemas con su hija Irene
El colaborador siguió contando cómo fue ese momento en el que recibió esos mensajes: "Les he agradecido mucho y las he dicho que las quiero mucho. No ha habido un día de mi vida que no haya tenido un pensamiento para mis hijos". Pero si algo quiso recalcar Kiko Matamoros fue el arrepentimiento que tiene por cómo ha llevado su relación con su hija pequeña, Irene: "Mi hija Irene me ha demostrado una generosidad enorme. Tengo una espina clavada y una responsabilidad con mi hija Irene. Estoy muy orgulloso de ella y me gustaría podérselo decir a la cara y el tiempo es irrecuperable y hay cosas en la vida que no tienen solución pero sí se pueden encontrar posiciones de mejora. Ha sido una víctima de unos cretinos, que hemos sido su madre y yo. No he estado a la altura de las circunstancias", concluía con los ojos emocionados.