La bandera blanca ha dejado de hondear y la familia Matamoros ha vuelto al campo de batalla. Parecía que las aguas se habían calmado entre ellos cuando el patriarca del clan acudía a la boda de su hijo en la que se dio el "sí, quiero" con Estela Grande, pero ha sido precisamente su asistencia la que ha provocado que la tempestad vuelva a azotarles, y como buena tormenta que es, se la puede identificar con un nombre propio: Diego Matamoros.
El hijo de Kiko Matamoros acudió al 'Sábado Deluxe' para poner verde a su padre asegurando que había cobrado 16.000 euros por acudir a su enlace y por fotografiarse junto a él y a su madre, Marián Flores. Durante su intervención, Diego Matamoros dedicó varios dardos envenenados tanto a su progenitor como a su hermana, Laura Matamoros, y ahora el patriarca ha roto su silencio para responder a través de 'Sálvame'.
Visiblemente afectado, dolido y enfadado, Matamoros ha conectado con el programa de Telecinco para dar su propia versión de los hechos, y como era de esperar, ha desmentido cada palabra que salió de la boca de su hijo durante su entrevista en 'Sábado Deluxe'. "No he cobrado 16.000 euros por ir a la boda", aseguraba el tertuliano, que se encuentra "más o menos bien". Aún así, mantiene que no quiere protagonizar más enfrentamientos con Diego Matamoros porque no se quiere "desgastar más públicamente con temas como este".
Quiere pruebas
Matamoros ha confesado que le hubiera gustado que su hijo aportara algún tipo de documento o indicio que pudiera demostrar que ha ganado dinero por ir a su boda y sostiene que él evitó a toda costa que se le fotografiara con su ex y la madre de cuatro de sus descendientes. "El sitio que me tenían reservado al lado de la mamá, dije que no iba a estar a su lado y me pusieron más atrás". Sobre las postales con sus hijos, el colaborador asegura que en su día estaba orgulloso de que lo fotografiaran junto a ellos, pero ahora se arrepiente por toda la polémica que se ha formado.
Kiko Matamoros terminaba su intervención lamentando que se va a morir "con una pena enorme" y que, a pesar de que ha hecho "todo, absolutamente todo" lo que ha estado en su mano por acercar posturas con Diego Matamoros, han llegado a un punto en el que la reconciliación parece casi imposible. Además, el tertuliano ratificó las palabras de su otra hija, Laura Matamoros, y apuntó que a su primogénito "se le tenía que caer la cara de vergüenza" y que "se le ha ido la olla", lo que sería "la opción más beneficiosa para él". Así, un nuevo frente se abre en esta familia cada vez más separada.