"Siempre he estado un poco en el punto de mira y siempre me han medido lo que hacía. También tengo mucha confianza en mí misma", comenzaba diciendo Ana Matamoros. Además, hablaba de su forma de ser: "En una relación, sea de amor, sea de amistad o familiar tienes que dar y recibir lo mismo o que estén en equilibrio". En cuanto a un posible trabajo en televisión lo tiene claro: "A mí los medios y las cámaras no es algo que me frene, me siento muy suelta delante de una cámara. Me gustaría la tele si es un formato divertido, si es un formato que tenga que ver con la moda".
Por último, hacía alusión a cómo es ella enfadada: "Si me enfado y me enciendo es porque sé que tengo razón y a cabezota no me gana ni dios. Me cuesta muchas veces ponerme en el lugar de alguien". Estas palabras las miraba atentamente Kiko Matamoros y sus compañeros apuntaban que no movía ni un músculo al verla: "Hago un esfuerzo por no hacerlo. He estado enterado de lo que le ha pasado porque lo hizo público. Si la cosa hubiera sido más serie evidentemente la hubiera llamado", añadía sobre el problema de salud que su hija Ana.
Con ganas de solucionar las cosas
Sin embargo, el colaborador tiene claro que hay cosas que no le va a tolerar: "Hay cosas por las que no voy a pasar, entonces ella sabrá lo que quiere y lo que espera. Yo sé lo que quiero y lo que espero. Echo de menos tener una situación de entendimiento, de comunicación, es mi hija. Es mi hija en una situación complicada, porque me separé de su madre, porque las cosas han sido como han sido, porque ha habido un conflicto abusivo por parte de su madre y ella ha estado de su lado. Y luego fundamentalmente por la respuesta que ha tenido ante mi relación de pareja. Porque bien que puede no gustarle la relación de pareja de tu padre pero no pondría piedras en el camino. Ni a mi hija ni a su pareja ni a nadie. Intentaría llevar las cosas con cierta dignidad".