Ahora poco a poco ya se están incorporando todos los colaboradores habituales y uno de los más esperados era Kiko Hernández. El programa anunciaba que a las ocho de la tarde tendrían una sucesión de bombas informativas no contadas hasta el momento y era una persona disfrazada de muerte la que las traía. Las apuestas eran diversas pero todos apuntaban a que podía ser Kiko Hernández y así resultó ser. "He pasado una época muy chunga, con mucho miedo pero nada de quejarse porque somos afortunados", comenzaba diciendo.
Para Kiko Hernández, el tema del coronavirus ha sido un calvario que está logrando superar: "Decían que no hay que ponerse guantes pero yo si no me los pongo me sale hasta sangre de tantas veces que me echaba gel. Iba a comprar al mercado, aunque intentaba hacerlo lo menos posible, me iba y volvía sin nada. Sentía miedo, hormigas por la cara y que no podía tocar el coche, el suelo... Tenía que llamar a amigos, por ejemplo a Mila o a Belén Rodríguez y decía 'ayúdame que no puedo salir del coche'. Ahora ya es que no puedo ni volver a casa ni salir al supermercado pero afortunadamente ya se me ha ido un poco ese miedo", contaba el colaborador.
Una situación surrealista
"Un día salimos a pasear, estaba mi madre con nosotros y la niñera. De pronto fíjate lo que me pasó. Fuimos a una montaña cerca de mi casa donde no hay nadie. Veo que mi teléfono está apagado, no reiniciaba. Le digo a la niñera y tampoco le funcionaba y el de mi madre tampoco. Miro el reloj y tampoco me iba", contaba. "Fue un día de estos de tormenta, había visto en el Twitter de la NASA que había hablado de los platillos volantes y digo 'ahora aparte del coronavirus van a venir los extraterrestres'. Cogí a las niñas corriendo para casa para poner las noticias. Seguro que hay una invasión extraterrestre. Cuando puse las noticias y vi que no pasaba nada, llamé a Alberto y le dije 'tengo que volver, me estoy volviendo loco", concluía el colaborador.