Galería: Kiko Hernández, una vida en imágenes
En la vida de María José Campanario es una de cal y otra de arena. Si hace poco se anunciaba que un cambio en su medicación la ayudaría a combatir los terribles dolores que le provoca la fibromialgia y que podría estar planeando una 'reboda' con Jesulín de Ubrique, ahora una mala noticia reciente podría empañar la efímera felicidad de que la estaba disfrutando.
La odontóloga denunció en enero de 2018 al colaborador de 'Sálvame' por hacer público su diagnóstico médico después de ser internada en un centro psiquiátrico. Campanario consideró entonces que Hernández había vulnerado su derecho al honor y a la intimidad, iniciando así un proceso judicial contra varios tertulianos, aunque la demanda contra el exgran hermano fue la única que se admitió a trámite.
Así, Kiko Hernández tuvo que presentarse en los juzgados de Arcos de la Frontera para defenderse alegando que él no había atentado contra el honor o la intimidad de nadie, ya que fueron Campanario y su hermano los que sacaron a la luz su enfermedad a través de las redes sociales o de reportajes en revistas. Aún así, ella solicitaba al televisivo la friolera cantidad de 50.000 euros en concepto de daños y perjuicios.
Desestimada
Por fortuna para Hernández, el juez ha fallado a su favor y ha condenado a Campanario a pagar las costas del juicio, según ha comunicado él mismo en 'Sálvame'. Tanto él como sus compañeros han celebrado la noticia y el colaborador incluso ha dedicado unas cuantas pedorretas a su contrincante legal. Por si fuera poco, el tertuliano ha adelantado que ahora que ha ganado la denuncia, contará "absolutamente todo" lo que se ha tenido que callar desde que se inició el proceso judicial.
Kiko Hernández se ha quejado de que son muchos los famosos que se precipitan a emprender acciones legales contra algunos colaboradores o contra el programa, y que además terminan perdiendo las demandas que ellos mismos abrieron. Como ejemplo citó a Albano Carrisi, que se querelló contra el exgran hermano en 2009 y todavía le debe 50.000 euros de las costas del proceso, porque el juez falló, una vez más, a favor del colaborador.