El mes de junio es el mes de Orgullo LGTBIQ+, unas semanas en las que se reivindican todas las otras formas de ser, vivir y amar fuera de los márgenes de la heteronormatividad. Muchas ciudades alrededor del mundo celebran concentraciones multitudinarias para conciencia sobre la todavía necesaria lucha por los derechos de los colectivos más vulnerables, unos derechos amenazados con retroceder y desaparecer ya en algunos lugares donde la ultraderecha ha comenzado ya a gobernar tras las elecciones del pasado 28 de mayo.
Y un claro ejemplo del retroceso que también se está produciendo en la sociedad es lo que le ocurrió hace tan solo unos día a Keyla Suárez, una de las tentadoras de la sexta edición de 'La isla de las tentaciones'. La joven canaria se convirtió en un referente del colectivo al ser la primera mujer trans en participar en este reality en sus tres años de emisión, algo de llamativa importancia sobre todo por las altas cifras de audiencia que esta consigue en cada una de sus ediciones.
En cambio, a pesar de los pasos que se han dado hacia adelante y su aplaudida valentía, todo se derrumba de un momento a otro al sufrir como le ocurrió a ella una agresión tránsfoba en pleno 2023 y en el mes del Orgullo. Así lo ha relatado ella misma primero a través de las redes sociales y luego en el programa 'Sálvame' con el que conectó en directo después de formalizar la denuncia ante de la Policía.
"Lo que más me duele es que es gente joven"
Tal y como cuenta la canaria, esta se encontraba en Gáldar, Gran Canaria, su pueblo natal, celebrando el Orgullo con sus amigas y su familia al igual que el resto del pueblo. Fue entonces cuando unos jóvenes le llamaron "travelo" por la calle. Keyla, conocida también por una personalidad fuerte y que no se calla las cosas -sino que se lo pregunten a Naomi-, no dudó en encararse a sus agresores: "Cuando les pregunto quién ha sido su reacción fue escupirme y a enfrentarse a mí y a todas mis amiga", empeorando todavía más las cosas y agravando todavía más su delito de odio.
Consciente de que estas cosas no se pueden permitir, Keyla no ha dudado en poner esto en manos de la justicia: "Llevo todo el día con procesos judiciales y tengo aquí los papeles de la denuncia. Todos los agresores están identificados, por esa parte estoy muy tranquila". En cambio sigue habiendo una preocupación en ella y que quiso hacer extensible al resto de la audiencia y es que esos agresores se trataba de diez chicos muy jóvenes, una parte de la sociedad que se esperaría que fuera más tolerante y tener otro tipo de mentalidad: "Lo que más me duele es que es gente joven. Creo que en vez de avanzar hacemos todo lo contrario, retroceder". A pesar de ello, también otra parte positivo cuando sus amigas e incluso otros vecinos del pueblo salieron en su defensa.