Kim Kardashian y Kanye West llevan varias semanas envueltos en rumores de divorcio y parece que ya todo el mundo lo da por cierto, aunque por ahora ninguna de los dos implicados se ha manifestado al respecto. Inicialmente se decía que este silencio estaba justificado por la intención de ambos de llegar primero a un acuerdo sin hacer mucho ruido mediático, parece que finalmente un interés mediático se esconde detrás de todo esto y el beneficio se lo van a llevar íntegramente las Kardashian-Jenner.
Tal y como publica Page Six, la última temporada del reality familiar 'Keeping Up With The Kardashians' recogerá, entre otros muchos dramas familiares, el momento en el que Kim Kardashian toma la firma decisión de divorciarse de Kanye West tras seis años de matrimonio. Tal y como ha declarado una fuente cercana al mencionado medio: " Todos los involucrados tiene un contrato de confidencialidad porque la temporada no se emitirá hasta bien avanzado el 2021 ".
Por su parte, el rapero parece estar ya curado de espanto e incluso está "disfrutando del alboroto que está rodeando su divorcio", por eso tampoco le extraña al extremo que son capaces de llegar tanto su todavía mujer como sus hermanas y su madre: " Está bastante familiarizado con la maquinaria de escándalos públicos que son las Kardashian ", explica la fuente que, además, añade que a West hasta le parece gracioso que vayan a utilizar como argumento "su carrera hacia la Presidencia de los EE.UU" como uno de los motivos.
Los problemas de Kanye West, de nuevo dentro de la trama
El único problema de West parece ser que, de nuevo, sus problemas a raíz de la bipolaridad que sufren van a formar parte de la ecuación, y esto no le hace tanta gracia. Lo cierto es que el también diseñador siempre se ha mantenido en un segundo plano en lo que a la vida pública en el reality familiar se refiere. Si bien es cierto que en la temporada 16 se presentó como un nuevo personaje recurrente apoyando a su mujer en algunas de las entrevistas de los totales, lo cierto es que de nuevo sus problemas personales hicieron que diese un paso atrás.
Siempre dejó claro que, pese a saber con quien había empezado una relación y el mundo mediático al que pertenecía, este puso algunas normas a la hora de formar una familia, como el hecho de no permitir que sus hijos saliesen en cámara. La empresaria aceptó esta restricción en un primer momento intentando que North West no tuviese acto de presencia en el reality. Aunque, finalmente, las Kardashian acabaron ganado y los pequeños Kardashian-West fueron aparenciendo poco a poco en la pequeña pantalla.