"Lo primer que hacía era irme al patio y desde allí saludar a Mayte"
Tenía incluso una forma de comunicarse mediante señas porque, a pesar de todo, seguían teniendo algo muy importante en común que era su familia: "Nuestra forma de comunicarnos era levantar el dedo si las cosas iban bien y bajarlo si iban mal. Cómo estaba la familia y todo eso". Pero no sería la única forma en la que se verían durante ese tiempo: "Curiosamente, nunca preparado, coincidíamos en la enfermería. Nos saludábamos, nunca parábamos a hablar. Alguna vez algún funcionario me decía que saliese al pasillo y me encontraba a Mayte y eso, quieras o no, te daba un poquito de alegría".
Una familia que, recuerda, valoró más que cuando durante esta segunda entrada en prisión. "Cuando estoy tanto tiempo en la cárcel, sobre todo la segunda vez, pongo en valor lo que quiero a mi familia y lo mal que me porté. Pongo en valor cómo pude yo perder ese sentimiento de paternidad. No te olvides que yo dejé a mis hijas tiradas", reconoce Julián Muñoz sin evitar llorar al recodarlo: "A mí me gustaría volver al año 2002, empezar desde ahí, y ejercer de padre y abuelo (...) Lo que me he perdido ya no se puede recuperar. No sé cómo hacerlo. Me gustaría convertirme en un beso o en dos y pegarme a ellas permanentemente. No sé cómo llegar al fondo de su alma, no para que me entiendan, porque me entiende, pero para que olviden esos momentos. Pero no se puede olvidar".
"No sé cómo llegar al fondo de su alma para que olviden esos momentos"
En cambio, pese a su dolor, reconoce que sus hijas han estado siempre a su lado apoyándolo y lo siguen haciendo hoy en día. De hecho, vive en Marbella con una de ellas. Y el que fuera pareja de Isabel Pantoja reconoce que él no se perdona el daño que les hizo, pero ellas si lo han hecho y lo quieren a pesar de todo: "Tengo unas hijas que todo lo que hago les parece bien. Y si me llaman la atención es con tantísimo afecto y tan bien dicho que quiero estar con ellas toda la vida", decía entre lágrimas.
Una familia de la que pudo disfrutar, desgraciadamente, tras un empeoramiento de salud que le permitió conseguir el tercer grado: "Desde el primer momento quise siempre pelear mi libertad porque estaba enfermo. No es que yo me lo inventara. Mi compañero me decía que no me entendía nada de lo que hablaba, no pronunciaba. Fui al médico y me dijo que me había dado un ictus. Rara era la semana que yo no hacía una visita al Hospital de Málaga. Entonces mi lucha se centró en que no me moría en la cárcel. Me hice diabético, me quedé sordo, tuve problemas de infartos, el ictus...".
"Yo he pagado con la justicia y con creces"
En cambio, unas polémicas imágenes suyas bailando sevillanas durante el tercer grado acabaron con un nuevo ingreso en prisión: "No me imaginaba volver a la cárcel", confiesa: "Yo estaba celebrando el cumpleaños con una señora y su familia. Hice lo que visteis. Salió en los medios porque uno de los que estaba allí, amigo de ella, lo grabó. Y me llaman del CIS. Vente para aquí y tráete el aparato de la pulsera y me dicen: 'Que te quedas otra vez'. Sin preguntarme qué es lo que había pasado. Me tuvieron 9 meses". Aunque, posteriormente, vuelve a conseguir quedar en libertad. Eso sí, con 3 condiciones: "Pago de la responsabilidad civil, que la pago todos los meses, de 46 millones de euros; curso de voluntariado, responder el daño causado a la ciudad o al ciudadano y dos días a la semana a la Iglesia de Nova Andalucia; y la tercera que, hasta un tiempo próximo, no puedo salir de la provincia de Málaga".
Una libertad condicional bajo la que vivirá durante 7 años más: "Yo tengo mi libertad total 29 de octubre de 2028. Hasta entonces, aunque esté en libertad, yo sigo preso". Un tiempo que está deseando agotar ya para poder vivir su vida, después de todos estos años, de la forma que más desea: "Yo ahora quiero vivir en paz, disfrutar del momento, de un paseo, de los amigos, de las personas que te quieren y tú quieres, de pasar desapercibido y envejecer tranquilamente. Yo he pagado con la justicia y con creces". Esas eran las últimas palabras que pronunciaba antes de poner fin a su serie documental.