"Al final cuando tienes una forma de entender la vida y poco a poco te vas corrompiendo, al final lo ves todo igual. Cuando hablabais de que en televisión todos somos números, claro, para este señor todo tiene un precio. Eso conlleva una forma de vida. Cuando vas rompiendo barreras mentalmente, ahí entra la excentricidad personal, si ya tienes una personalidad más retorcida o no. Vas buscando cuáles son los estímulos de mi vida, porque ya lo has alcanzado todo, ya lo poseo todo. Me falta lo que no puedo conseguir de manera natural", explicaba en 'Sálvame'.
Julián Contreras continuaba diciendo: "Él me llama para hacer una serie y, posteriormente a eso, me faltan unas cantidades por cobrar. Son más de 7.000 euros. Hablo con él y le digo que me gustaría solucionar eso. Quedamos, hablamos y demás. Voy una tarde a su casa, un sábado, y hablando con él le cuento mi delicada situación. La serie fue mi mayor ilusión, una experiencia irrepetible y le dije que me gustaría seguir involucrado en esto. Le manifesté un sueño real. En aquel momento podía permitirme no tener urgentemente el dinero y era más importante forzar una relación comercial con este señor".
Una situación muy extraña
"Es muy aficionado a la equitación y yo te digo que la cosa se pone tan sumamente rara que llegas a pensar 'si me traigo un caballo igual dice que qué es eso'. No entiendes nada. No hay ningún tipo de claridad, ningún tipo de insinuación. 'Esto lo tienes al alcance de tu mano pero me tienes que sorprender. Para hacer imagen de mis marcas de ropa, de mis joyerías, de mis potenciales proyectos...'", relata en el programa. Tras esto, añade: "Es una persona que sabe con quién está jugando en la mesa. A mí no me va a impactar con lujos y demás y busca donde puede captar tu ingenuo. En ningún momento percibo nada. Fueron unas cuatro cenas que empezaban a las 8-9 de la noche hasta las 4 de la mañana. Mi padre me dijo que no pintaba nada bien y que cortara eso ya", comentaba.