José Ortega Cano se ha sentado con Ana Rosa Quintana y ha hablado sobre el buen momento personal que vive en estos momentos, completamente centrado en su familia y la boda con Ana María Aldón. También ha hablado sobre sus hijos Gloria Camila y José Fernando, del que está especialmente orgulloso ya que le ve "muy centrado". Además, Ortega Cano vive un momento de plenitud y no descarta ser padre de nuevo.
Pero el motivo que le ha llevado a asistir al programa es el peculiar proyecto en el que se encuentra inmerso, una residencia canina que ha abierto en San Sebastián de los Reyes. Lejos ya de las plazas de toros, el exdiestro se ha embarcado en el mundo empresarial.
No podía faltar en la conversación Rocío Carrasco, el miembro más polémico de la familia y que estos días está dando mucho que hablar por su falta de implicación en la apertura del museo de Rocío Jurado, pues tiene la última palabra para que ese proyecto salga a la luz. "Yo soy de los que querría que estuviera abierto hace mucho tiempo", ha manifestado Ortega Cano.
Fidel Albiac, tan culpable como Rocío Carrasco
Rocío Carrasco se encuentra alejada de su familia y el contacto con ellos es nulo. Pero José Ortega Cano no solo culpa de ello a la hija de Rocío Jurado, sino también a su marido, Fidel Albiac: "Ellos han sido los que han cortado relaciones con toda la familia".
Ortega Cano también ha hablado de los momento más duros de su vida, como la muerte de Rocío Jurado: "Ese fue el peor momento para mí. Tras su muerte me quería morir". Tampoco su infancia fue fácil, pero eso le ha ayudado a ser fuerte ante la vida, y ha comentado: "He vendido churros en Vallecas y uvas en la puerta del Sol durante mi infancia. Esa dureza de la vida te hace ser fuerte luego". Experimentar momentos más duros le han hecho resurgir "como el ave fénix".