La hija de RocÃo Jurado narró que su madre le llamó de madrugada para que fuera a recogerla a la finca donde entonces vivÃa con Ortega Cano. La folclórica la esperaba con dos maletas y le dijo: "Me ha dicho que me vaya". RocÃo Carrasco recordó que su madre le llamó muy serena, con pena y una voz frágil, pero como no era una mujer de escándalos, no fue más allá. Además, añadÃa que toda la familia sabÃa lo que sucedÃa en Yerbabuena: "El que diga que no, está mintiendo".
Esta narración ha provocado la reacción de Jorge Javier Vázquez. El presentador ha aprovechado el espacio que conduce para afear a Ortega Cano y su comportamiento: "Tenemos que empezar a tomarnos en serio los hechos que se están contando y dejarnos ya de adhesiones inquebrantables, de respetos ancestrales y llamar a las cosas por su nombre. Basta ya de paños calientes". Además, el catalán también ha recordado que Rosa Benito, excuñada de RocÃo Jurado, durante su época en 'Sálvame' llamaba al torero 'Hortensia' y hablaba a sus compañeros de cómo trataba a su entonces mujer.
Jorge Javier Vázquez añadÃa muy rotundo: "Este testimonio es un vuelco potentÃsimo en la historia. Después de lo de ayer, creo que llamar maestro a Ortega Cano vamos a tener que empezar a dejarlo de lado". En su opinión, hay que tomarse en serio lo que se está contando: "Cualquier atisbo de defensa al torero es una ofensa a la sociedad", sentenciaba tajante el presentador.
Ortega Cano, contra la prensa de nuevo
No es algo nuevo que tanta exposición mediática al diestro no le sienta bien. No es la primera vez que José Ortega Cano pierde los papeles contra los periodistas que le hacen preguntas. Toda la situación a la que está expuesta la familia le estarÃa pasando factura al torero, que ha perdido ya en innumerables ocasiones los nervios ante las cámaras.
En la última ocasión, el todavÃa marido de Ana MarÃa Aldón se bajaba del coche y, ante las preguntas de los periodistas acerca de RocÃo Jurado, él contestaba enfadado: "¡Qué me dejen tranquilo, por favor!". El diestro continuaba su camino y, unos metros más adelante, continuaba: "Se quieren ir ustedes de al lado mÃa. Voy a la policÃa ahora mismo, esto no puede ser". El torero tuvo que ser calmado por su hermano y Marina, la trabajadora de su casa, que le llevaron al establecimiento al que se dirigÃa.