Galería: Capilla ardiente de Mila Ximénez
Han pasado ya varias semanas desde que Mila Ximénez se marchara como consecuencia de un cáncer de pulmón. El vacío que ha dejado en muchísimas personas es inmenso y, sin duda alguna, no se va a llenar nunca. Lo mismo sucede con su puesto en 'Sálvame', ya que su papel en el programa era imprescindible y ya ningún programa volverá a ser lo mismo sin su presencia. Jorge Javier Vázquez la recuerda constantemente y aprovecha cualquier momento para hablar de ella.
Ha sido durante la tarde del 20 de julio cuando el presentador ha querido parar el tema en el que se encontraban para hacer un guiño hacia su amiga fallecida. Móvil en mano, Jorge Javier Vázquez enseñaba un cuadro que le habían mandado en el que aparecía Mila Ximénez de lo más sonriente, transmitiendo esa vitalidad que tenía y que tanto marcó a todos sus amigos y compañeros.
"Lo tengo en una pared que hay antes de entrar a mi habitación y entonces todas las noches antes de acostarme veo esa sonrisa y me da un subidón. El cuadro es precioso, me siento súper acompañado cuando veo la sonrisa de Mila ", decía el presentador. Además, también ha aprovechado su blog de Lecturas para hablar de su amiga, a quien ha recordado al pasar con el coche por Granada, donde viajó con ella en varias ocasiones.
El trabajo, su salvación
En este nuevo blog ha querido hacer un guiño hacia su trabajo en 'Sálvame', lo que le ha salvado más que nunca: " Cómo me ha servido el trabajo estos últimos tiempos para no caer en un pozo bien negro. Después de que Mila se fuera uno de los sitios que mayor paz me proporciona es el plató de Sálvame. En él me siento seguro, arropado, entendido. Compartir emociones con Belén Esteban, Kiko Hernández, Belén Rodríguez, Lydia Lozano, Matamoros o Patiño me ha salvado la vida. Bromear con Valldeperas. Pergeñar maldades con Patricia González. Descojonarme con Alberto Díaz".
La gente le ha preguntado que por qué trabaja tanto y Jorge Javier Vázquez responde así: "Tampoco sabía muy bien qué contestarles pero después de haberlo reflexionado durante estos días creo que he hallado la respuesta. En el trabajo he encontrado a un grupo de personas con el que llevo compartiendo la vida más de diez años. Más de diez años cinco horas al día, que se dice pronto. Son algo más que colegas. Quizás no todos sean amigos íntimos pero después de tantísimo roce forman parte de mi entramado emocional más cercano. ¿Podríamos decir que forman parte de mi familia? Sí, podríamos, porque ese concepto abarca mucho más de lo biológico. No aguantaría tantas horas de televisión si no estuviera rodeado de gente como ellos. Trabajo tanto porque en realidad creo que no voy a trabajar si no a saber cómo le va a gente que forma parte de mi vida desde hace muchos años", concluía.