El estado físico de Alexia Rivas empeora cada día que pasa en el Barco Encallado. Y es que la reportera asegura que "no puede comer nada" y que cada vez tiene menos energía. "Ayer llevaba como 24 horas sin comer. Comí garbanzos y me sentaron muy raro al estómago. Desde entonces lo eché todo, tengo pinchazos en el estómago y lo estoy pasando muy mal. Mi problema es que no puedo meter nada de alimento", decía preocupada.
Sin embargo, Jordi González fue muy claro con ella en la conexión que tuvieron durante el debate del programa. "Alexia estás siendo entendida en todo momento. Si te niegas a comer te estás provocando un problema de salud serio. No es un problema médico, es un problema tuyo y para nosotros ya sabes sería una actitud como querer abandonar, con las consecuencias que ello supone. Esta actitud de desidia y de apatía es parecida a un abandono. No te estoy regañando, pero esta misma mañana tus compañeros te han dicho que comas y tú no quieres", le explicaba tajante el presentador.
Por su parte, la periodista quiso explicar sus decisiones: "No, mira Jordi, ayer abrimos una lata de garbanzos, estaba muy contenta porque además me gustan mucho pero no los digerí bien, a la noche intenté comer arroz, pero no me caía bien. He intentado comer pescado crudo pero no lo digiero. Ojalá estuviera bien porque he venido con mucha ilusión pero no quiero provocarme un problema de salud como bien dices, nadie sabe cómo estoy y es fatal ".
Alexia asegura que no es cuestión de ánimo
Pero la bronca del presentador no quedaba ahí, sino que Jordi llegó más lejos: "El equipo médico te está haciendo un seguimiento. Si lo consideras insuficiente dilo. Teniendo en cuenta tu situación te apartará de la convivencia, pero en ningún caso del programa ". Pero, además de dejarle las cosas claras, el presentador también intentó subirle el ánimo: "Yo te pido que te animes, que este es un bache, no es fácil ya lo sé. Estás en un concurso de extremísima dificultad y por eso os animamos a todos ".
Sin embargo Alexia seguía explicado que no se trata de un problema de ánimo: "Llegué a la isla muy baja de peso. Hasta subir escaleras es para mí como correr una maratón. Ojalá fuera mentira esto ". Más tarde y gracias a la prueba de recompensa, la exreportera pudo disfrutar de un trozo de pizza. Y, aunque Alexia no tenía ganas de comer, cuanto más rápido se terminase su porción, más tiempo tendrían sus compañeros para el juego, por lo que intentó hacer el esfuerzo de comerse la pizza lo más rápido que pudo.