La mujer del torero hacía su aparición estelar al principio del programa pero era Jesulín de Ubrique el protagonista del programa. Era inevitable que le preguntaran por la forma en la que se había tomado que su mujer se hubiera marchado a Oporto a estudiar odontología y él respondió con sinceridad: "Fui un poco egoísta. Le dije: '¿Tú qué necesidad tienes de esto?'. Yo soy una persona más hogareña, de estar con su mujer en casa y con sus hijos y si hay que salir y pelear pues se va donde se tenga que ir".
Sin embargo, el torero ha asegurado que aprendió mucho de la situación: "He sabido aprender a ser una persona más abierta. Le dije que por qué iba a Oporto, pero después lo analicé cuando me acosté y durmiendo con la almohada dije al día siguiente cuando me levanté: 'ole mi mujer, con dos narices'. Y es que yo no soy quién para ponerle impedimento y decir qué es lo que puede hacer y lo que no". Además, asegura que reforzó su relación: "Ahí ella me abrió un horizonte que lo que hace después es enriquecer la relación. Y es que ella se tiraba 15 días fuera durante cuatro años, eh".
Si hay algo que ha demostrado Jesulín de Ubrique es que su relación con María José Campanario está muy bien y ha hablado del carácter que le gusta que tengan las mujeres: "Me gustan las mujeres que tengan carácter. La persona que está a mi lado la quiero con sus defectos y sus virtudes igual que la que esté al mío tiene que asumir los míos". Además, también se ha pronunciado sobre otros aspectos de su vida.
Una conversación sincera
Para Jesús Janeiro, la muerte de su padre Humberto Janeiro ha sido un duro golpe y ha asegurado que tener a sus hermanos cerca le ha ayudado mucho en el duelo. Por eso, ha reconocido la fuerza de la gente que ha tenido que estar separada de su familia durante la pandemia: "Tiene que ser jodido estar tanto tiempo sin poder ver a tus padres, hermanos, familiares, no podría estar en esa piel". También ha recordado los dos momentos más delicados de su vida en cuanto a salud se refiere y ha revelado lo mal que lo pasó.
"Tardé tres meses en recuperarme de la cornada pero psicológicamente tardé dos años. No tuve ayuda, ahí aprendí que me jugaba la vida. Cuando tuve el accidente creo que me morí, lo vi todo en blanco. Te juro por mis hijos que hubo tres segundo que salí y entré y no tenía dolor, estaba en paz. He pensado muchas veces que ahí lo que había era algo maravilloso y que solamente van las personas buenas", revelaba tras años de lo sucedido.