Javi y Vanessa no dejan de tener discusiones y una de las últimas se ha producido mientras estaban en la cama: "Cuando va para tu lado todo va bien. Mira Vanessa, déjame ya. No me calientes porque cojo mis cuatro cosas y me piro para casa y estoy tranquilo". Por su parte, Vanessa le respondía: "Que hagas lo que te salga de los cojones ¿vale? Así de claro te lo digo. Viendo la actitud que tienes, no me interesa nada contigo, ¿te queda claro? Pero nada. Ni aquí, ni fuera. Ya has conseguido hundirme el puto concurso. Como siempre haces todo. Me da igual, no te soporto. La que se pira soy yo".
Vanessa estallaba en el confesionario y aseguraba no poder más pidiendo marcharse del programa. Javier, por su parte, aseguraba a sus compañeros que ya la notó distinta desde que volvió a la casa después de haber estado en la grande, por lo que la cosa ha llegado a un punto de no retorno. Javier decidió entrar al confesionario con su mujer y la cosa se puso peor: "Ni tú me vas a entender a mí ni yo voy a acabar de entenderte a ti. Yo para estar así amargado...", le decía.
Una relación en punto muerto
"Que no es una cuestión de estar aquí, que si estuviese fuera lo diría igual. ¿No lo quieres entender?", le decía Vanessa, a lo que Javier le reprochaba: "¿Y tú te paras a entenderme a mí, por el amor de Dios? Yo estoy gritando en un desierto y nadie me escucha". Vanessa le aseguraba que él nunca iba a cambiar pero, por suerte, el final de este confesionario fue más amable: "Yo te quiero con toda mi alma y todo mi corazón. Es mi mujer, es la madre de mi hija, no quiero verla así". Sin embargo, este final ha sido solo un pequeño parche porque la relación está más que estropeada.