Rafa Mora hacía saltar todas las alarmas al anunciar un nuevo posible cisma en el clan Matamoros. Supuestamente, Javier Tudela habría vendido a su hermana pequeña al filtrar a un paparazzi su ubicación para que la fotografiara. Ante esta polémica, el exgran hermano VIP se ha dejado caer por el plató de 'Sálvame' para defenderse y relatar su propia versión de los hechos.
El modelo se ha protegido asegurando que lo único que le dijo al fotógrafo es que Anita Matamoros estaría "por el centro de Milán a eso de las dos de la tarde" y que su hermana estaba al tanto y le dio su consentimiento. "No me arrepiento de lo que he hecho porque no hay nada que esconder", apuntó. Al parecer, el paparazzi es amigo de Tudela y prefiere que sea él quien tome imágenes de la influencer antes de que lo haga otro.
De hecho, Tudela no ha visto ni un duro por las imágenes ni por acudir al magazín de Telecinco para explicarse, algo que ha recalcado en varias ocasiones. Aún así, son muchos los colaboradores que no entienden la forma de actuar del modelo, entre los que se incluye Kiko Matamoros, el padre de la it girl. "Entiendo que no ha habido mala intención por parte de nadie, pero si mucha torpeza. Está mejor calladito", sentenció el defensor de la audiencia sobre su antiguo hijastro. Belén Esteban, Kiko Hernández y Mila Ximénez también han cargado duramente contra él, acusándolo de haber vendido a su hermana y dándose golpes de pecho asegurando que ellos nunca harían algo parecido con uno de sus seres queridos, aunque el paparazzi fuera de confianza.
El 'sí, pero no' de Anita Matamoros
Sin quererlo, Tudela ha tirado unas cuantas piedras sobre el tejado de su hermana, que ha señalado varias veces que no pretende entrar en el juego mediático. "Entonces, ¿por qué se deja fotografiar?", es lo que se cuestionaban algunos tertulianos. Según el modelo, ella sabe de sobra que los paparazzis van a seguirla por Milán y no le importa que le tomen alguna que otra imagen, aunque nunca entrará al trapo en ningún programa de televisión, un argumento que no termina de cuadrar a los colaboradores, que insisten en la idea de que en el fondo le encanta la farándula y que le viene muy bien para su trabajo.