Esta semana, 'Adán y Eva' volvía a desafíar a los estereotipos. El Adán en esta ocasión se llamaba Iván, un valenciano muy atractivo, con poca personalidad y que busca "una chica que le pueda mantener". Y Sara, una madrileña de familia acomodada que nunca le ha faltado nada excepto el amor.
" Es muy fea, os lo podíais haber currado un poquito más, por ejemplo buscando a una tía un poco más 'potente' ", fueron las primeras impresiones de Iván. Por su parte, Sara pensaba: "Lo veo un chico guapo pero nada más, me podríais haber buscado a alguien con un poco más de cabeza". Físico e intelecto, un clásico del reality.
El físico, el colchón de mala calidad, la lluvia y el poco 'feeling' que existía entre ambos, provocó que Iván quisiera marcharse de nuevo a su casa. Pero justo en ese momento apareció el terremoto brasileño de Madrid, Daniela. " Buenorra no, lo siguiente ", así la definía el valenciano.
Las cosas se empezaron a poner 'calentitas' cuando Iván propuso jugar a la botella. Las chicas se besaron e Iván hizo la croqueta en la playa embadurrado de aceite, una situación que creó buen ambiente en la isla.
Monica Martínez, la presentadora, llegó a la isla para presentarles una prueba. Sara se hizo la ganadora y pudo elegir entre tener una cita con Iván o conocer un pecado de éste. La madrileña rechazó la cita y se lo puso en bandeja a Daniela, quien poco a poco fue reduciendo su interés en el valenciano.
El pecado fue la gota que colmó el vaso. No les hizo ninguna gracia ni a Sara ni a Daniela que no dudaron en reprocharle sus actos a Iván para después criticarle. " No le aceptaría ni en Facebook ", aseguraba Sara.
Finalmente, aunque a Sara le "cogiera mucho cariño", nuestro Adán se quedaba con Daniela. Pero ésta, lejos de comenzar una relación con Iván, le rechazó porque "es un inmaduro y no tiene las cosas claras". Así que por esta vez, la isla más que amor creó rechazo entre Adán y Eva.