El próximo miércoles 24 de marzo la tercera edición de 'La isla de las tentaciones' llega a su fin con las esperadas hogueras finales. En ellas, las parejas se volverán a ver las caras por primera vez tras su experiencia en villas separadas y, en la mayoría de los casos, tras haber caído en la tentación. Y en la pasada emisión de 'El debate de las tentaciones' se ha podido ver ya un adelanto de cómo será el encuentro entre una de ellas: Marina y Jesús.
En este escaso primer minuto de la emisión Jesús espera en la hoguera junto a Sandra Barneda a que Marina cruce por última vez el famoso pasillo de antorchas. En el rostro del participante no se atisba ni un ápice de alegría al verla, algo que se acaba demostrando cuando esta llega a junto suya y lo único que recibe por su parte es un "hola".
Avance exclusivo de la hoguera final de Marina y Jesús #TentacionesDBT9https://t.co/aRYuaXgbVmpic.twitter.com/Xyaq7EjOFs
? La Isla de las Tentaciones (@islatentaciones) March 23, 2021
Una actitud que llama la atención de la participante, que no duda echarle en cara que no tenga un poco más de educación con ella a pesar de todo: " No me vas a dar un abrazo ni nada, ¿no? ". Una pregunta que su todavía pareja responde negativamente sin moverse de su sitio. " Pues empezamos bien ", responde Marina con una sonrisa y dirigiéndose a la presentadora. Un primer encuentro que hace presagiar un tenso cara a cara entre la pareja en donde no faltarán los reproches.
La reacción del resto al ver a sus parejas
En el programa también se ha emitido la reacción del resto de participantes al ver a sus todavía parejas aparecer por el paseo de antorchas y las reacciones han sido de lo más variopintas. En el caso de Diego y Lola, que ya se habían visto anteriormente en una hoguera de confrontación, es ella la que espera allí a su novio y no puede contener las lágrimas en cuanto lo ve aparecer.
En el caso de Claudia y Raúl, ambos se sonríen en cuanto se ven y el canario no puede evitar salir a su encuentro. Por último, Hugo y Lara. Es también el gallego el que espera la llegada de su novia sin poder evitar una sonrisa en cuanto aparece, aunque en su rostro también se puede apreciar cierta tensión al ver que, por parte de su todavía novia, no hay una mueca de alegría.
