Y sus miedo poco a poco parecen haberse hecho realidad al ver el acercamiento de David con una de las tetadoras, Zaira. "Las cosquillas se las hago yo. Eso ya es otro nivel. ¿Qué coño hace?", decía ya visiblemente enfadada. María tiene claro que a su novio le puede gustar otra mujer y que podría hacer con ella cosas que pondrían fin a su relación. Pero también tiene claro que da igual que sea Zaira u otra: "Que le atrae Zaira, seguramente. ¿Qué se la tiraría? Sí. ¿Que se tiraría a otra? También".
La actitud de su novio con ella es incluso ya mucho más permisiva que la que un día tuvo con María, y eso también le hace sufrir: "Lo que no me gusta es que esté con esa complicidad de hacerse cosquillas a plena luz del día. Cuando yo era su tentadora no me dejaba hacerle cosquillas y ahora le encantan". Pero para su desgracia, todavía quedaban muchas más imágenes por ver que serían peores: bailes muy pegados, juegos subidos de tono e incluso arrumacos en la piscina y en el jacuzzi de la discordia.
"Cada puto rincón de ella villa se lo ha recorrido conmigo"
Para María la experiencia está siendo muy diferente a la de David y la distancia y la falta de contacto está haciendo que sus sentimientos sean mucho mayores: "Estoy descubriendo que le quiero más de lo que pensaba. Que le echo de menos. Pienso en él todo el rato. No es justo para mí tampoco", decía ya llorando. Para ella ver a su novio con otra en la misma casa en la que ellos vivieron tantas cosas está siendo duro: "Cada puto rincón de ella villa se lo ha recorrido conmigo".