Parecía que la relación entre Isabel Pantoja y Kiko Rivera era irreconciliable y es que desde que el DJ atacara a su madre por la herencia de su padre en 'Herencia envenenada' parecía que Rivera no quería nada más con la tonadillera. Tanto es así que no quiso que le visitara al hospital cuando recientemente sufrió un ictus. Sin embargo, puede que esto haya cambiado y que se haya producido un auténtico milagro navideño.
Todo comenzó con un leve acercamiento cuando la cantante y el DJ aseguraron que se echaban de menos, tras esto todo apunta que con motivo de la muerte de Bernardo Pantoja, el hermano de Isabel, también hubo un pequeño acercamiento y desde aquí parece que comenzaron a retomar el contacto. Sin embargo, hay un obstáculo que impide que la relación vuelva a la normalidad a la que estaban acostumbrados: Irene Rosales.
Rivera, que aún continúa recuperándose del ictus que sufrió que afectó a toda la parte izquierda de su cerebro, ha llamado a su madre por primera vez en mucho tiempo, así lo asegura el periodista Pepe del Real: "Kiko Rivera ha llamado a su madre, la echa de menos", aseguró.
Por su parte, Isabel Pantoja, que parece que se encuentra en el mismo punto que su hijo, ha correspondido a su llamada: "Le ha dicho que las puertas de su casa están abiertas y tiene ganas de darle un abrazo", contó en 'El programa de AR' e incluso dijo que era muy probable que madre e hijo ya se hayan reencontrado. Sin embargo parece que hay alguien en la familia de Rivera que no está nada contenta con esta reconciliación, Irene Rosales, la mujer del DJ.
Irene Rosales en contra de la reconciliación
Según informó el periodista, la mujer del DJ no quiere que haya una reconciliación entre ambos, ni mucho menos tiene intención de que ella o sus hijos pasen la Navidad en Cantora: "Irene ha dicho que no pisa Cantora hasta que arreglen sus diferencias", aseguró Pepe del Real y es que cabe recordar que Rosales comenzó una guerra con su suegra tras descubrir que la tonadillera supuestamente criticaba y hablaba mal de ella a sus espaldas, algo por lo que la excolaboradora de 'Viva la Vida' se mostró muy dolida y molesta.