"Desde el año 2012 estoy luchando. Me ha costado años de depresión, pero sigo creyendo en la esperanza de que haya un cambio. Me ha costado 3 meses en una clínica, antidepresivos y he engordado 30 kilos. No me rindo", confesaba la propia Sartiau a las cámaras del programa durante su visita a España el pasado mes de mayo coincidiendo también con la visita del Rey Juan Carlos a Zarzuela desde que se instalara en Abu Dabi 2 años atrás.
Según esta cuenta y apoyada por el testimonio de su tía, hermana de su madre -quien falleció 2 años atrás-, la historia de amor habría comenzado en los años 50. La madre trabajaba en el castillo de Westerloo, en Bélgica, para la familia de Mérode y a sus diferentes eventos sociales acudía el por aquel entonces Príncipe. Allí, tal y como supuestamente le contó a través de Facebook Pol de Mérode, fue donde se conocieron y empezó su romance.
Su tía, hermana de su madre, apoya su versión
"Tuvo un flechazo con mi hermana. Se conocieron en la casa de los Mérode. Allí se conocieron de forma escondida, ella estaba al servicio de esa gente. Ella no sabía que era el Príncipe de España, lo supo después de meses de relación y en un ataque de pánico se marcho del hotel en el que había estado con él. Tuvo miedo", definiendo una relación de idas y venidas: "Se dejaron durante un tiempo, luego se buscaban. Se escribían y se llamaban por teléfono. Mi hermana siempre quiso protegerse".
En cambio las cosas cambian de la noche a la mañana: "Cuando vivíamos en esa casa pasó algo de lo que ella no quería hablar. Hubo un incendio y ase acabó todo. Su vida se vino abajo". "Si mal no recuerdo, llegó un señor y algo hubo", recuerda la hermana de la supuesta expareja del Rey Juan Carlos. Allí se quemaron muchos recuerdos, también evidencias de esa relación. En cambio Ingrid asegura tener cartas que en su día el que dice ser su padre le mandó a su madre, pero no ha querido enseñarlas en televisión porque quiere que sean pruebas ante la justicia, donde quiere seguir luchando por reconocer su verdadero origen.